Dos miembros de la Organización Internacional para los Migrantes visitaron el CETI de Melilla para ofrecer a los tunecinos la opción de volver a sus hogares voluntariamente a través del proyecto de Retorno Voluntario. En una charla, les explicaron primero de qué trata esta organización, la cual forma parte de la ONU, y que iban a responder a todas sus preguntas. Además, les entregaron unas hojas informativas sobre los detalles del proyecto y el contacto al que deben dirigirse si querían sumarse.
Una joven tunecina relató que una de los puntos del proyecto consiste en entregarles 450 euros si aceptaban volver a casa: 50 se los darían en el avión y 400 cuando llegasen a su destino. Sin embargo, por el momento ninguno ha aceptado y algunos manifestaron que “preferían morir aquí que volver a su país”.
La OIM España tiene en marcha dos proyectos de Retorno Voluntario, que consisten en ofrecer la oportunidad a los migrantes extracomunitarios la oportunidad de volver a sus países de forma segura, siempre que sea el deseo de estos de tomar esta decisión y no tengan los medios económicos para ello.
Para los ciudadanos de Túnez existe un apoyo concreto dentro del Proyecto de Retorno Voluntario Asistido y Productivo (PREVAP). “Este apoyo proporcionará a todos los beneficiarios tunecinos el retorno voluntario y contribuirá a una reintegración sostenible mediante el establecimiento de un plan de vida", explican.
Además del dinero de bolsillo, les ofrecen apoyo antes de la partida y durante el proceso de reintegración de nuevo en su país. También les dan alojamiento y les ayudan a viajar hasta su ciudad o pueblo de origen.
Los tunecinos del CETI llevan más de un año manifestándose por su traslado a la península, pues solo unos pocos la han obtenido. En el centro hay más de 600 tunecinos, una cifra que ido en aumento en los últimos años. El Foro Tunecino por los Derechos Sociales y Económicos (FTDES) publicó en un informe en 2019 que, tras el endurecimiento de la política migratoria de Italia, que acarreó numerosas expulsiones; los tunecinos tomaron como ruta alternativa pasar por Argelia y Marruecos hasta llegar a Ceuta y Melilla, convirtiéndose en una de sus rutas preferentes.
Ahora, después de decretarse el confinamiento, las desesperación de los residentes del CETI fue en aumento y cuando en abril se dio salida a 50 personas y ninguna de ellas tunecina, estos decidieron ponerse en huelga de hambre, incluso una decena de ellos se cosió la boca. Días después, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, explicó en una rueda de prensa que se estaba negociando con Túnez la repatriación de sus ciudadanos atrapados en Melilla. Estas palabras causaron reacción en numerosas organizaciones de derechos humanos, que decidieron redactar un manifiesto en contra de esta medida y enviarlo a Interior.
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