Categorías: Sucesos y Seguridad

Ocho detenidos y unos 75.000 euros en daños, primer balance oficial tras los disturbios

La ciudad no registró apenas incidentes en el día de ayer, salvo la quema aislada de algún contenedor en Cabrerizas por parte de menores de escasa edad.

Ocho detenidos, todos ellos mayores de edad, y unos 75.000 euros en daños al mobiliario e instalaciones públicas, fue el balance que ayer ofrecieron las autoridades locales tras los disturbios registrados el pasado martes en distintos barrios de la ciudad habitados mayoritariamente por melillenses de origen amazigh o bereber.
La primera autoridad local, Juan José Imbroda, señaló que los daños a las instalaciones públicas se concretaron en 80 contenedores de gran tamaño que resultaron incendiados y casi calcinados en algunos casos, así como en siete cuadros eléctricos del alumbrado público, en concreto de los barrios del Polígono, Tiro Nacional, Monte María Cristina, Pinares, Horcas Coloradas y Averroes, que resultaron seriamente dañados o quemados según los casos.
Además, añadió que se tuvo que habilitar un servicio de limpieza extraordinario.
En su computo no cifró ni los coches con lunas rotas ni dañados por las piedras que lanzaron los manifestantes, ni el vehículo calcinado ya en la madrugada de ayer miércoles en las proximidades del Cementerio Hebreo.
El balance de los daños causados por los disturbios se vio acompañado de las llamadas coincidentes a la calma y la tranquilidad, tanto por parte del delegado del Gobierno como por parte del presidente de la Ciudad.

Sin incidentes

Efectivamente, en el día de ayer no se registraron incidentes, sino sólo algún suceso aislado a cargo de menores de entre once y doce años que, por ejemplo, por la tarde, incendiaron algunos contenedores en el Barrio de Cabrerizas, exigiendo la actuación de los Bomberos y también de la Policía que tomó nota de la identificación de los jóvenes autores de los nuevos actos vandálicos.
Por lo demás, la calma reinó en los barrios de la periferia, escenario de los violentos conflictos el día anterior. Un retén de las Fuerzas de Seguridad, compuesto por varios vehículos y dotaciones policiales, guardó vigilancia a lo largo del día a la altura de la rotonda aledaña a la Urbanización de Las Palmeras y que también conduce al Barrio de la Cañada de Hidúm.

Petición al delegado

Por la mañana, un grupo de unos veinte vecinos de los barrios de Reina Regente y Cañada de Hidúm, arropados por los presidentes de sus respectivas asociaciones de vecinos, acudieron a la Delegación del Gobierno con la esperanza de reunirse con la autoridad gubernativa. Sin embargo, Gregorio Escobar no los recibió. Lo hizo su jefe de Gabinete Técnico, Francisco Mayoral, que se reunió con tres representantes del grupo de vecinos y  los animó a presentar reclamaciones contra los Planes de Empleo si es que tienen constancia de alguna contratación irregular y que, asimismo, los conminó a reunirse con el director provincial del Servicio Público de Empleo Estatal, Joaquín Arana, quien finalmente tampoco los recibió.
Abdelkrim Mohand Mohamed, presidente de la A.V. de la Cañada de Hidúm, criticó que no fueran atendidos finalmente ni por la autoridad gubernativa ni por el delegado del SPEE, según dijo, “porque gente de aquí, de la Cañada, de un partido –del que no quiso concretar las siglas pero que algunos otros vecinos del mismo barrio identificaron con el PSOE- se han encargado de llamar para que no nos reciban”.

Reunión o manifestación

El presidente de la A.V. de la Cañada aseguró, no obstante, que esperarán a ser recibidos por el delegado del Gobierno y señaló que en virtud de esa reunión se decidirá si se realiza o no una manifestación legal en protesta por la falta de trabajo y lo que tachan de contrataciones injustas a costa de los nuevos Planes de Empleo. “Nosotros –dijo- lo que queremos es trabajo. No somos de ningún partido político. Somos libres para votar y sabemos qué queremos, pero no puede ser esta desesperación”.
Según declaró a ‘El Faro’, en la Cañada de Hidúm viven 8.000 hispanobereberes, de los que casi el cien por cien se encuentra sin trabajo. “No tenemos apenas formación porque no hemos podido estudiar, no tenemos trabajo ni posibilidades de trabajo a la vista. La gente está desesperada y más tras ver que apenas se ha contratado a nadie de este barrio con los nuevos Planes de Empleo”.
Coreado por un grupo de medio centenar de vecinos del mismo barrio, en su práctica totalidad mayores de edad pero de distintas generaciones, Abdelkrim Mohand denunció que la Cañada “es un barrio que sigue marginado” en el que todas las fuerzas políticas “vienen prometiendo y luego se olvidan de nosotros”.
La casuística de los parados de la Cañada es prácticamente la misma en todos los casos. “En cinco años sólo he trabajo cuatro meses –denunciaba Abdelkader-, tengo cinco hijos y vivo con un subsidio de 400 euros que ahora se acaba. Con eso no tengo para pagar la luz, la comida de mis hijos, los libros escolares, los cien euros mensuales por la casa de protección oficial, y dentro de poco tampoco voy a cobrar esa paga tan pequeña. No sé qué voy a hacer”.
“Me llamaron para el Ejército, para eso sí, pero nunca he cotizado porque nunca he trabajo”. “A mi me echaron de metopa y no he podido trabajar nunca desde que dejé el Ejército”.
“¿Qué Europa es esta, que nos margina y no nos da trabajo?”, se preguntaba Ali. Y así hasta un sinfín de historias amargas. “La amargura trae locura”, añadían para justificar el porqué de unas protestas violentas que no justificaban pero que decían comprender ante la “desesperación” en la que viven.
“Muchos de nosotros recibimos las cartas falsas de los Planes de Empleo durante las pasadas elecciones generales para que les diéramos nuestro voto y luego no nos han dado trabajo”. “El mes pasado me pidieron en el INEM que pusiera en un papel cuánto cobraba, cuántos hijos tenía, si vivía de alquiler, cuánto me costaba al mes la casa. y todo eso para qué, si al final le han dado trabajo a gente que ha llegado hace nada a Melilla y a nosotros nos dejan sin trabajar otra vez”. “Han contratado en los Planes de Empleo a una persona que hasta tiene un negocio”. “Sí, aquí queréis que todos seamos un solo pueblo, que estemos juntos, pero luego para comer no estamos juntos, unos comen y otros no”, se lamentaba otro vecino a las puertas de la Delegación del Gobierno.

El porqué de los enfrentamientos

“Querían llamar la atención del delegado”

Los vecinos de la Cañada que ayer se prestaron a hablar con ‘El Faro’ en el Parque del mismo barrio no se reconocieron en ningún caso como participantes en los enfrentamientos violentos con la Policía pero si justificaban a quienes los protagonizaron. “Querían llamar la atención del delegado del Gobierno y por eso cortaron la calle con contenedores, pero enseguida llegó la Policía con bombas de humo y pelotas de goma y, claro, qué iban a hacer: se defendieron”.
“Aquí no nos dan trabajo pero nos cachean delante de nuestros padres, nos registran, y si no hay trabajo de algo tendremos que vivir”, añadía otro dejando en puntos suspensivos el final de la frase.
“Yo tengo el diploma de auxiliar administrativo y nunca me han dado trabajo”, decía a modo de colofón otro joven de la Cañada de Hidúm.

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