Cualquier melillense sabe que los terremotos son, por decirlo de alguna manera, “habituales” en nuestra ciudad y hasta podemos decir que se viven con cierta normalidad. Pero hablamos de seísmos de magnitudes muy pequeñas que, en la mayoría de los casos, incluso pasan desapercibidos para la mayoría de la ciudadanía. Y raro es el año en el que no se registra algún terremoto de magnitud 3,5 o incluso 4, lejos del vivido y sentido ayer viernes, de magnitud 5.
Por ejemplo, el año pasado se contabilizaron más de mil terremotos cerca de Melilla. El Mar de Alborán, al norte de Alhucemas, registró en 2021 un total de 3.810 terremotos con una magnitud máxima de 5,1, muchos de los cuales dejaron sentir en Melilla, según explicó el director de la Red Sísmica Española, Juan Vicente Cantavella.
Uno de los terremotos más fuertes registrados en Melilla se vivió a las 5.22 horas del 25 de enero de 2016, con una magnitud de 6,3 en la escala Richter. Se sintió en Málaga y buena parte de Andalucía y tuvo como epicentro el Mar de Alborán, a 10 kilómetros de profundidad. Para que nos podamos hacer una idea de sus consecuencias, dejó 26 heridos leves, la mayoría por pequeños golpes y cortes, y las clases fueron suspendidas un día como medida de precaución.
Curiosamente, uno de los edificios que resultó más dañado fue el Palacio de la Asamblea: los dos torreones sufrieron daños, especialmente el derecho, que se quebró y se desplazó del resto del edificio, y también las escaleras del caracol situadas en los extremos y la entrada en general.
Prueba de la intensidad con la que se sintió este movimiento sísmico es que cientos de melillenses dejaron sus casas y salieron a la calle, muchos en pijama y con lo puesto, y los hubo que se dirigieron rápidamente hasta Los Pinos, el lugar más alto de la ciudad y sin edificaciones cercanas.
Afortunadamente, este terremoto no tuvo los mismos efectos devastadores que otro de 6,5 registrado a diez kilómetros al sur de la ciudad marroquí de Alhucemas el 24 de febrero de 2004: allí murieron más de 600 personas y los heridos superaron el millar. Le siguió otra réplica de 5,1. Melilla, a poco más de cien kilómetros de Alhucemas, apenas sintió sus consecuencias aunque el seísmo despertó una ola de solidaridad y fueron numerosos los melillenses que se acercaron hasta allí para echar una mano y llevar ayuda en forma de mantas o tiendas de campaña.
Otros cuatro terremotos se registraron en nuestra ciudad el 30 de julio del año pasado. Ocurrieron en 45 minutos, también tuvieron como epicentro el sur del Mar de Alborán, y el más fuerte de ellos fue de magnitud 4,2.
Y precisamente hace unos meses, el director de la Red Sísmica Española, al ser preguntado sobre qué podría ocurrir durante este año 2022, indicó: “De momento siguen ocurriendo bastantes terremotos en esa zona y podrían continuar”. Y no se equivocó. Ayer tuvimos una buena prueba de ello.
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