DESPUÉS DE lo ocurrido la noche del pasado día nueve en Cádiz, uno mira a través del balcón de su casa y se pregunta ¿cómo unos narcotraficantes pueden ir en Ferrari, mientras que nuestros agentes de frontera van en un Fiat y nos quedamos tan tranquilos? ¿Y cómo un helicóptero no puede disparar con fuego real a una lancha que ve a cierta distancia y desde lo alto a una velocidad endiablada embistiendo a una pequeña patrullera del cuerpo de la Guardia Civil?
Lo ocurrido no puede volver a suceder. No podemos plantearnos comprar aviones furtivos F 35 carísimos de adquirir y mantener, porque no nos hacen falta para una política de Defensa, solo serían útiles en colaboraciones de ataque vía OTAN. Pero sí nos hace falta comprar o diseñar y crear nuevas embarcaciones tan rápidas como las lanchas de los narcotraficantes equipadas con cuatro o cinco motores; eso vuela en el mar.
El coche del policía; por lo menos el estándar, debe ser más rápido que el del ladrón y las lanchas de la Guardia Civil deben de ser tan rápidas o más que las de los narcotraficantes, además de estar mejor equipadas de tecnología electrónica y digital.
Las citadas embarcaciones deben de estar dotadas con un cañón ametrallador tipo “Cervus lll, anti-drones” de munición balística: munición de fibra muy dura capaz de estropear el funcionamiento de un motor de lancha y de herir no de muerte a cualquier tripulante que se dedique al narcotráfico. Y dotar con este sistema armamentístico a los helicópteros también debe de ser una opción a tener en cuenta.
Cualquier ciudadano puede tener en casa una pistola de gas con munición balística. Se cargan automáticamente de un golpe en la culata y disparan unas bolas de fibra muy duras capaces de impactar en el cuerpo de quien allane nuestras moradas e inutilizarlo sin riesgo de matarlo. Pues lo mismo que cualquier ciudadano de a pie, el cuerpo de la Guardia Civil debe de estar dotado de este arma a nivel profesional.
Además, si dependiesen de mí estas cosas, llevaría este sistema balístico a las fronteras de Melilla y Ceuta en carros de ruedas para que tenga capacidad de proteger todo el perímetro fronterizo de nuestras ciudades de ultramar.
La ciudadanía y sobre todo nuestros políticos, tienen que entender que son las fronteras de nuestro país. Aquí no puede venir nadie y entrar cuando quiera y traer lo que quiera. España es la casa de todos los españoles en general...Debería ser así.
Y en cuanto a la barrabasada de que la Guardia Civil y la Policía Nacional no son cuerpos de alto riesgo, eso parece un chiste mal contado. Parece que a nuestros gobernantes les sienta mal el vino… Que se hagan la siguiente pregunta: ¿hay algún oficio en España o en cualquier lugar del mundo cuya herramienta sea un arma de fuego si la labor a desempeñar no es de alto riesgo? ¿Tienen que reclamarlo los cuerpos de Seguridad del Estado para que nos demos cuenta?…
En mi opinión, La dotación a la Guardia Civil de este tipo de armas, lo mismo que hablar muy seriamente con el gobierno portugués para luchar contra quienes fabrican y venden este tipo de lanchas es una necesidad, y reconocer que nuestros agentes desempeñan una labor de alto riesgo es simplemente una obviedad.