Deportes

Nuevo traspiés a domicilio de la UD Melilla en el grupo I

El Melilla sufrió la segunda goleada a domicilio del curso tras firmar un pésimo partido ante el Celta B (4-2). El equipo dirigido por Víctor Cea mostró enormes carencias defensivas y un importante desequilibrio en el centro del campo que facilitaron la labor a filial celeste guiado por Manu Apeh. El ariete nigeriano abrió el camino de la goleada al que más tarde se sumaron Yeboah, Losada y Lauti. La diana anotada desde el punto de penalti de Carri solo sirvió para dar esperanzas y el autogol de Ros, propiciado por la relajación de saberse vencedor ante un rival que no supo adaptarse al guión del encuentro, solo sirvió para poner el broche a otra actuación decepcionante.

Quiso salir a sorprender el Melilla, intentando arrebatarle la posesión a un Celta B que se plegó a la perfección al escenario propuesto por Víctor Cea. Carri, con un chut desde la frontal, rompió la monotonía de un tanteo inicial en el que ningún bando consiguió imponer su plan. Fue más efectivo el cuadro locatario al borde del cuarto de hora de juego después de que un error de Pepe Romero dejase solo a Yeboah por el costado izquierdo, desde donde puso un centro al corazón del área que transformó Manu Apeh con un disparo a la media vuelta.

Respondió el equipo de Víctor Cea en otro error defensivo, la tónica habitual en la primer media hora. El goleador Apeh erró en el despeje de una falta lateral y Ceberio pudo conectar un remate sin oposición desde la frontal del área que Fran consiguió despejar a córner. El marcador favorable destensó a un filial céltico que trató de explotar la verticalidad de sus jugadores de banda. Sergio Bermejo y el veloz Yeboah consiguieron imponerse a Pepe Romero y Mena, poniendo peligrosos centros laterales que no consiguió aprovechar el poderoso Apeh. Precisamente en un servicio lateral llegó una nueva ocasión del Melilla: cabeceó con fuerza Carlos Fernández y respondió abajo Fran con mucha agilidad.

La falta de contundencia de la zaga del Celta B animó al Melilla a dar un paso adelante. Subió la línea de presión y ahogó a un bloque local que tuvo que buscar la salida en largo con Apeh. Se descompensó el equipo forastero, con un centro del campo solo sostenido por Ceberio, permitiendo a Yeboah, de nuevo ganándole la partida a Romero, marcar el segundo con un zapatazo cruzado imparable para Oleaga.

El tanto fue un auténtico mazazo. Sin capacidad para jugar el balón y sin control de los duelos aéreos, los nervios se apoderaron de un Melilla que pudo quedarse con diez jugadores por un codazo del ya amonestado Carlos Fernández.

Estaba en la lona el conjunto norteafricano y en una acción aislada consiguió meterse en el partido. Dani Molina cometió un ingenuo derribo -de esos que pasan mayoritariamente desapercibidos- en un córner botado por Ruano y abrió la posibilidad para que Carri recortase diferencias. Infalible desde el punto fatídico, superó a Fran con un lanzamiento raso ajustado al palo izquierdo.

Las dudas cambiaron de bando y Carri, en otra acción aislada, pudo nivelar el duelo con un tiro desde el interior del área que acabó pegando en el lateral de la portería. Hubiese sido injusto. A renglón seguido, ya con el descanso encima, Apeh volvió a mostrar su potencia con un tiro cruzado que Oleaga desvió con habilidad a saque de esquina. También fue salvadora la intervención de Richi en un córner ensayado en el que Manu Farrando irrumpió en carrera en el primer palo.

El descanso frenó la inconsistente reacción del Melilla. El cuadro comandado por Víctor Cea se desdibujó ante la verticalidad de una escuadra olívica que pudo sentenciar la contienda en un contragolpe de Manu Apeh que finalizó Yeboah con un tiro cruzado tras una galopada de 60 metros. El palo, Mena y Oleaga consiguieron que tampoco acertasen Ros y Manu Farrando en una doble ocasión inmejorable a la salida de un córner. Sin haber inquietado a Fran más que en dos remates de Richi, el Melilla seguía en el partido. La falta de continuidad del Celta B podría ser un factor a favor en el tramo final, pero las esperanzas se desvanecieron cuando volvieron a relucir las carencias de la zaga a la hora de achicar espacios. El nigeriano Apeh se impuso a la pareja de centrales del Melilla para servirle en bandeja el tanto a Losada, que batió con un sutil golpeo cruzado de Oleaga. No pudo hacer más el Melilla, presa de la desesperación, que recibió un cuarto gol en el epílogo anotado por el revulsivo Lauti. El colegiado se apiadó del equipo norteafricano, obviando un penalti clamoroso en el tiempo añadido sobre Bermejo. Ros, con un autogol incomprensible, cerró un duelo en el que el Melilla volvió a mostrar su peor versión.

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