Nuevo modelo fronterizo para Melilla y Ceuta: Aduanas, control del asilo y del padrón

El Gobierno de Pedro Sánchez asegura que está trabajando en un nuevo modelo de frontera para Melilla y Ceuta que contempla la apertura de aduanas, el tratamiento de ambos territorios como "ciudades-isla", la denegación de peticiones de asilo en un máximo de 10 días; la revisión y detección de fraudes en el padrón, la eliminación de excepciones en el tratado Schengen, el control de las vacunas, la frontera inteligente y la aprobación de un plan de seguridad y contingencia, según recoge El País.

Para ello, el Ejecutivo ha creado una comisión en la que participan Presidencia, Política Territorial, Exteriores, Hacienda, Sanidad y el Centro Nacional de Inteligencia que se habría reunido ya en varias ocasiones con la intención de preparar la reapertura de las fronteras con la vista puesta a finales del primer trimestre de 2022, coincidiendo con fuentes marroquíes que aseguran a El Faro que Marruecos prevé reabrir la frontera en marzo-abril del año que viene.

Hay que tener en cuenta que en junio pasado El País también publicó un Plan Estratégico para Melilla y Ceuta en el que estaba trabajando el Gobierno; que a mediados de septiembre seguía en la fase de diagnóstico de la situación y que a día de hoy no se ha presentado. Según El País, este rescate económico se plantea ahora "a medio y largo plazo".

Este nuevo modelo fronterizo busca abrir aduanas comerciales en Melilla y Ceuta, aunque el Ejecutivo cuenta con que Marruecos podría poner reparos a esta propuesta después de cortar unilateralmente el comercio atípico en Ceuta en otoño de 2019 y cerrar unilateralmente la aduana comercial de la frontera de Beni Enzar el 1 de agosto de 2018.

En ningún caso se baraja la vuelta de las porteadoras a Barrio Chino y la recuperación del comercio atípico. La idea es que las verduras, pescado y otros productos frescos que la hostelería y el comercio de Melilla importan desde Marruecos entren legalmente en la ciudad, pasando por aduanas. Asimismo, desde el Ejecutivo ven con buenos ojos que ocurra lo mismo con la mercancía que quiera salir de Melilla hacia Marruecos.

En todo caso, si no es posible abrir la frontera, Ceuta y Melilla tienen que empezar a funcionar como si fueran "ciudades-isla" sin fronteras terrestres y empezar a mirar a Europa.

En este sentido, pierde peso la posibilidad de entrar en la Unión Aduanera porque, como se ha explicado desde el Gobierno local, se pierden las ayudas fiscales que actualmente tenemos en Melilla.

Para frenar los efectos de la sentencia que avala la libre circulación de los solicitantes de asilo en Melilla y Ceuta, el Gobierno plantea habilitar espacios de retención en la frontera, como existen en los aeropuertos, para resolver las solicitudes de asilo en el plazo máximo de 10 días, como se hace en los aeropuertos.

En cuanto al padrón municipal, el Gobierno estudia un cambio en la normativa para evitar fraudes como los detectados tras el cierre de la frontera, cuando salieron a relucir casos de personas que hacían uso de servicios públicos en Melilla, pese a que residían en Marruecos.

Sigue adelante el proyecto de instalar la frontera inteligente para controlar las entradas y salidas de personas y de paso, comprobar que quienes entran están vacunados con sueros homologados en la Unión Europea. También se baraja la posibilidad de vacunar a los trabajadores transfronterizos y eliminar la excepción de Schengen, de manera que para entrar en Melilla se necesite visado se viva o no en Nador.

Sin embargo existen estudios que consideran que esto es difícil implantación porque requeriría reforzar el Consulado de España en Nador para hacer frente a la avalancha de solicitudes para entrar en Melilla.

En todo caso, sería una medida que deberían aprobar los 26 estados miembros de la UE y que previsiblemente aumentará la presión fronteriza.

Por último está la implantación "inminente" de un plan de seguridad y contingencia para las dos ciudades. De hecho, Ceuta y Melilla han entrado por primera vez en el Plan de Seguridad Nacional, tras la entrada en mayo de este año de 10.000 migrantes marroquíes en Ceuta, en un conato de Marcha Verde.