Categorías: Cultura y Tradiciones

“Nuestro gran crítico es el público”

Esta mujer polifacética asegura que la televisión, el cine o el teatro son compatibles y no es necesario escoger, aunque este último es el formato que “te mide como actriz”.

La actriz Miriam Díaz-Aroca es una de las más conocidas por los españoles por diferentes intervenciones en la pequeña pantalla. Esta mujer vitalista y con una gran energía visitó Melilla este pasado fin de semana para representar la obra de teatro ‘Adulterios’. Esta comedia escrita por Woody Allen y adaptada al castellano por Nacho Artime fue un éxito de público y crítica. Entre el reparto estaba María Barranco y  la actriz Verónica Forqué asumió su dirección. Miriam Díaz-Aroca ha representado comedias, musicales y varias series de televisión y películas. Pero además, dirige, es propietaria de una productora y colabora con proyectos sociales.
- ¿Cómo definiría ‘Adulterios’?
– Para mí como actriz es un auténtico privilegio y un regalo su interpretación. Es la receta mágica, un texto brillante,  una dirección brillante, un reparto estupendo, una serie de ingredientes perfectos para que la obra sea un éxito. Tiene una buena estética, pero sobre todo tiene un buen texto. Así, se pueden hacer maravillas.
– ¿Qué encontramos en esta obra de teatro?
- Es una comedia con contenido dramático, es decir, los sentimientos y emociones que se mueven son el miedo a la soledad, a envejecer. Sensaciones que a todos nos agobian sobre todo en un momento dado, en la madurez, cuando la vida no te ha dado todo lo que tú has querido y te tiras a la piscina de cabeza sin saber si vas a causar algún daño.
– La dirección de esta obra corre a cargo de Verónica Foqué,  ¿cree que su visión como actriz ha influido en la forma de dirigir la obra y al reparto?
–Sin duda. Ella nos comprende perfectamente, tiene una visión panorámica no sólo de la obra y el texto que ha trabajado, sino que ese sentimiento de actriz está encima del escenario y saber que es lo que pasa con los personajes. Este doble trabajo es fascinante porque hace que los actores veamos a los personajes con muchísima más intensidad y con mucho más detalle, que una mera dirección visual. Yo he disfrutado una barbaridad, absorber la dirección de Verónica ha sido un privilegio.
–¿Cómo ha sido trabajar con el reto de los actores?
–María Barranco es extraordinaria y Phyllis es un papel y como dice Verónica, no hay nadie que lo pudiera hacer mejor que ella. Todos hacemos un buen equipo en escena.
–¿Qué descripción haría de su personaje? ¿Se parece a usted en algún aspecto?
– Pues nos parecemos en que somos mujer y románticas. Carol es una cabeza loca. Ella se engaña tanto a sí misma que no se da cuenta de que engaña. Es tal su obsesión por ser como Phyllis, tener su vida y alcanzar el ideal de vida de estar casada con un hombre de buena posición, que al final comete los errores de la traición. Pero ella es la más engañada, porque quien se enamora es ella y luego viene el engaño.
–¿Cree que el público se lleva algún mensaje de esta obra de teatro?
- Pues que no merece la pena. En el caso de Carol es la primera vez que se enamora y cree que tiene lo mismo que Phyllis y se engaña. Yo creo que no merece la pena tener una mentira, engañarte y sobre todo engañar a una persona. Hay que ser muy noble y muy valiente y tomar decisiones. Yo creo que a la larga no compensa.
– Como actriz recibe críticas buenas y malas sobre su trabajo, ¿las tiene en cuenta?
– Verónica nos ha ensaño a tener en cuenta la única crítica válida, la del público. Nuestro gran crítico es el público, y después de dos años de gira por toda España, la crítica es maravillosa.
–¿Cómo sabéis los actores si la obra está funcionando con el público?
– Por el silencio. Esa escucha del público y en qué momento se produce la primera risa. Si se producen el sitio donde siempre la tenemos es que ya es imparable. De todas formas, en alguna ocasión la risa ha tardado en venir con la abundancia con la que estamos acostumbrados y luego a ido aumentando, porque hay público que entra antes y otros después.  
–¿Cuándo se dio cuenta de que su vocación era estar sobre un escenario?
– Desde muy pequeña. Siempre he actuado en casa y soñaba con trabajar en las películas de cine de la televisión.
– Ha realizado trabajos en televisión, teatro, cine, ¿se siente más cómoda en algún formato o tiene preferencia por alguno?
- Eso es como “a quién quieres más a papá o a mamá”. Todos son compatibles, no tienes que elegir para ser feliz en tu carrera. En esta profesión tienes tiempo para el cine, la televisión, y el teatro. Sí que es verdad que el que más te enriquece y te mide como actriz es el teatro.
–¿Qué características tienen que tener un proyecto para que la atrape?
– Tiene que tener un buen texto y una buena historia, ya que esto es  lo que hace que interese. Luego valoras otras cosas como el reparto y la dirección.  
– También participó hace unos años en la representación de una obra clásica en el incomparable marco del Teatro Romano de Mérida. ¿Cómo fue esa experiencia?
– Antes de la representación, en los ensayo salimos al escenario y la sensación fue increíble y me puse a llorar de la sensación de estar encima de ese escenario, con toda esa energía, con las grandes actrices y actores que han pisado ese escenario. Con todas esas emociones que te embargan y me sentí absolutamente en casa.  
–¿Hay algún género en el que no haya actuado y tenga una espinita clavada?
– No tengo espinitas clavadas. Lo que sí tengo es mucha ilusión por seguir aprendiendo en todos los géneros. Lo que más he hecho ha sido comedia, pero no me importaría volver al musical. Es como cuando aprendes a montar en bici, ya has aprendido pero tienes que perfeccionar. Es un camino de perfeccionamiento, de creatividad y de realizar nuevos papeles que te hagan aprender como persona y como actriz. Y también el mundo de la dirección que me apasiona.
– ¿Cree que algún día dejará de preguntarle cómo compagina su vida familiar y laboral?
- No creo que dejen de hacerla, aunque sólo se hace porque eres mujer, como si fuéramos las únicas responsables de la familia. Se insiste en la leyenda negra de las actrices que antes se iban meses fuera de casa, pero esta situación ha cambiado mucho hay muchas madres que son empresarias y productoras y lógicamente estamos a favor de mantener nuestra intimidad y privacidad. Tenemos horarios muy fáciles y mucho tiempo para estar con la familia.

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