Las bastante desiertas calles del centro de la ciudad otros fines de semana, se llenaron este domingo por la mañana de música, bailes, risas, compras y, sobre todo, mucha, mucha gente. La llegada a Melilla de un crucero con 404 pasajeros estadounidenses hizo que se organizaran diversas actividades y también que algunos comercios abrieran sus puertas, algo que animó también a muchos melillenses a acercarse hasta el centro.
Entre los cruceristas que recalaron en nuestra ciudad se encontraba la pareja de jubilados formada por Jill y Jerry. Originarios de Dakota del Norte, y mientras observaban embelesados el espectáculo del Ballet Colores, se mostraban muy satisfechos por la acogida que se les estaba dispensado, a la vez que sorprendidos por la belleza de Melilla y con la amabilidad de sus habitantes: “Nos ha gustado mucho la ciudad, es muy bonita, sobre todo los edificios. La gente es muy buena y nos han sorprendido muchísimo los niños pequeños, son muy educados y se portan muy bien”, explicaba Jill.
Además del Ballet Colores, estos turistas también disfrutaron mucho con la actuación de la artista melillense María Mendoza. Esta cantante actuó al mediodía en la plaza Menéndez Pelayo, con la iglesia del Sagrado Corazón como telón de fondo y el público, tanto cruceristas como melillenses, sentados en los bancos aledaños y también de pie o en una terraza cercana. Durante su recital, que arrancó numerosos aplausos, hizo continuos guiños a los pasajeros del crucero y se atrevió tanto con versiones de clásicos españoles, como es el caso de Mediterráneo, como con otros conocidos temas en inglés, del tipo Killing me softly with his song.
Esta mañana repleta de actividades en el centro comenzó a las once en la calle O’Donnell con un espectáculo dirigido a los más pequeños, en este caso a los niños melillenses, de la mano del archiconocido payaso Sarapín. Con sus números de magia, trufados de humor, acompañado esta vez de su mascota Sarapón, y contando en todo momento con la participación del público, hizo que los más pequeños pasaran un entretenido rato.
Y ya para cerrar las actuaciones, a partir de la una del mediodía el Ballet Colores deleitó a turistas y no turistas con sus bailes y coreografías, que terminaron con un número final en el que se mezclaron trajes de flamenca con el traje regional de Melilla o vestimenta hindú.
Todas estas actividades y propuestas para la visita de los cruceristas estaban organizadas por la Consejería de Hacienda, Empleo y Comercio y la Asociación de Comerciantes, Empresarios y Profesionales Zona Centro de Melilla.
Jill y Jerry aseguraban con rotundidad que recomendarían a cualquier turista que visitara nuestra ciudad pero “no en domingo”. “Hay muchas tiendas cerradas, está casi todo cerrado”, se lamentaban. Y es que unos comercios abrieron y otros no. En una misma calle, o incluso en plena Avenida, se podía ver algunas tiendas con la persiana levantada y otras a su lado cerradas. Esta pareja llevaba una bolsa de un conocido establecimiento de la calle Chacel, donde acababan de adquirir un jersey para ella y un recuerdo, consistente en un portavelas de aire étnico y africano. No saber español -algo por lo que se excusaban con mucha educación – no fue ningún impedimento para poder comprar ya que, además, iban en todo momento acompañados de un grupo de guías con camisetas identificativas de la Zona Centro.
Este crucero, que salió de Barcelona y tras una travesía por el Mediterráneo volverá al mismo lugar, es uno más de los once que, durante este año, han recalado o recalarán en Melilla. Además, el pasado día 13 de este mes, atracó en el Puerto de nuestra ciudad el crucero más grande de los que han llegado este año. A bordo viajaban más de 1.000 turistas de origen británico. En un principio no tenían previsto llegar hasta nuestras tierras, pero por motivos meteorológicos pidieron permiso a la Autoridad Portuaria para venir aquí. En esta ocasión también se organizaron rápidamente diversas actividades, siempre con la participación de la Asociación Zona Centro.
Con el de ayer, por el momento ya se ha recibido en 2022 a siete cruceros y todavía quedan otros cuatro hasta final de año. Sin olvidar que por cuestiones también relacionadas con la climatología, hubo que suspender la llegada de otros dos.
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