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“No veo descabellado que se pongan en las farolas los escudos de las cofradías”

El vicario de Melilla, Eduardo Resa, no ve “descabellado” que se engalane la Avenida Juan Carlos I de cara a la próxima Semana Santa. Por ahora no tiene noticias acerca de cuál va a ser la decisión que adopte la Ciudad Autónoma a ese respecto pero cree que los musulmanes “no se van a ofender” por apagar las luces de Ramadán para el paso de los tronos.

En declaraciones a El Faro, Resa ha manifestado que espera “que tengamos tribuna y que se puedan hacer las celebraciones en la calle como siempre”. “No creo que haya inconvenientes. No veo que debamos escondernos ni sacar las cosas de quicio pudiendo tener cada uno nuestro espacio”, recalcó.

Este año coinciden en las mismas fechas las grandes celebraciones de las tres comunidades melillenses: musulmanes, judíos y cristianos. “Estamos en una ciudad multicultural y hay que respetar el espacio público. Aquí no se trata de ser más que tú ni tú más que yo. No veo ningún inconveniente en que compartamos ese espacio en una semana que es grandiosa para todos”.

Pandemia

Por otro lado, Eduardo Resa aseguró que hay “una ilusión terrible y una esperanza soñada, deseada y anhelada” por celebrar la Semana Santa después de dos años de pandemia.

“Sé que las cofradías están poniendo toda la carne en el asador para que sus tronos estén en la calle. ¿Que no pueden ser tan grandes”, pues serán más reducidos pero la ilusión, el deseo y la realidad, hoy por hoy, es que tendremos Semana Santa en las calles de Melilla”, explicó.

Otra cosa, dijo, será la participación de los melillenses porque entiende que habrá muchas personas que aprovechen para salir a la península. “Si habrá más o menos gente, eso ya no lo sé. Lo que sí sé es que la comunidad cristiana estamos deseosos y queremos celebrar la Semana Santa solemnemente, tanto en el interior como en el exterior. Es algo que tenemos planteado y que estamos cuidando con todo el cariño”.

Años duros

Tanto 2020 como 2021 han sido “años duros” en las fechas semanosanteras. “El año pasado fue una Semana Santa muy atípica, que se celebró en las iglesias después de un 2020 que fue impresionante. No os imagináis la tristeza y las lágrimas que me costó celebrar el Santo Triduo Pascual sin nadie en la iglesia”, confesó el vicario.

Tras un 2020 de prohibición, llegó el hándicap de 2021. “Los templos estuvieron a rebosar, lógicamente con las medidas de distanciamiento, pero fue un sucederse continuo. Era un desfile de personas con mucho recogimiento y mucha paz… Las celebraciones fueron impresionantes”.

No obstante, faltó el componente popular de vivir la Semana Santa en la calle. “Quizás nos hemos ido desinflando un poquito pero si hay alguien que quiera sacar un trono por cualquier motivo, que vaya a alguna de las cofradías de Melilla para que no nos veamos faltos porque estamos deseando de que la fe se vea en la calle”. “Estos dos años de sequía han hecho daño”.

Nos llevamos bien

El vicario melillense mantiene una buena relación con las cofradías, aunque a veces pueda existir algún punto de fricción. “Nos llevamos bien primero porque me gustan, me gusta la prolongación de la Semana Santa en la calle”. Y, además, porque si “hay que corregir alguna cosita” se hace “desde el cariño, la confianza y la fraternidad”.

En su opinión, las cofradías deben “caminar juntas”. A modo de ejemplo, anunció que dos cofradías tendrán sus triduos conjuntamente en el Sagrado Corazón. “Son dos cofradías emblemáticas de Melilla: la del Nazareno y la Virgen de los Dolores, y la del Cristo de la Paz y Nuestra Señora de la Soledad. Coinciden en los mismos días celebrando el triduo. Pues cada una hace su altar y el cura es el mismo para las dos haciendo una celebración equilibrada recordando sus pasos de la Pasión del Señor”.

El vicario pidió a los cristianos melillenses que “vivan intensamente este tipo de conversión que es la Cuaresma”. “Todos, de alguna manera, queremos llegar a la meta sin recorrer el camino. Pero si deseamos que la meta sea meta, que sea lo que tiene que ser y lo sea con gozo, no nos podemos ahorrar el camino”.

Por último, agradeció las aportaciones que están realizando muchas personas para Ucrania. “Hay que agradecerlo y tenerlo presente. Yo lo he propuesto aquí en mi parroquia como una limosna penitencial para quienes peor lo están pasando y la respuesta está siendo impresionante”, concluyó.

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