Editorial

La economía de Melilla avanza, poco a poco

No todo es negativo en Melilla. Probablemente sea el momento de lanzar un mensaje esperanzador. De optimismo. Y todo ello porque, aún con una crisis en la frontera sin precedentes, la economía en la ciudad avanza, poco a poco.

Otra gran noticia es la que conocimos esta misma semana con la actualización, por parte del Gobierno de España, de la Ley de Puertos y la de Navegación Marítima para incluir, entre otras cosas, nuevas reglas para buques autónomos o sin tripulación.

El nuevo texto crea el Registro Especial de Buques y Embarcaciones de Recreo para incluir todos aquellos que sean objeto de explotación comercial. Las oficinas de gestión se encuentran en las Capitanías Marítimas de Melilla y Ceuta y su finalidad es favorecer el pabellón español en este sector.

De esta manera, Transportes pretende acabar con la disparidad de fórmulas de inscripción que existen en la actualidad.

Esta decisión se ha tomado en función de actualizar las normas que rigen el transporte marítimo español a la regulación internacional y europea y adaptarlas a las nuevas necesidades del transporte marítimo. La nueva norma busca mejorar la competitividad del sector marítimo y portuario español y, entre las principales novedades se incluye la reforma del Registro de Buques y Empresas Navieras.

Buenas noticias a pesar de que los rasgos de la economía melillense están condicionados por sus peculiaridades geográficas. La escasa dimensión y recursos de nuestro territorio impiden el desarrollo de sectores productivos como la agricultura, la ganadería o la industria. Una de las limitaciones para lo que podría ser una expansión empresarial de la ciudad es la ineludible falta de suelo.

El Producto Interior Bruto de Melilla es de 1.509 M€ euros, lo que la sitúa como la última economía de España por volumen de PIB. En cuanto al PIB per cápita, que es un buen indicador de la calidad de vida, en Melilla en 2020, fue de 17.900 € euros, frente a los 25.410 € euros de PIB per cápita en España.

Lo que indica que los melillenses tenemos un bajo nivel de vida en comparación con la media de España.

Datos que no invitan al optimismo del que hablamos, pero de los que hay que sacar aspectos positivos. Y es que, el dato negativo es que somos la última economía nacional, pero vamos a ver el lado positivo: Melilla tiene mucho margen de crecimiento, queda mucho por recorrer, pero la línea es, y debe de seguir siendo, ascendente.

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