Eduardo Soler, amigo íntimo de la escritora Carmen Conde, desvela para ‘El Faro’ cuáles fueron las influencias que tuvo para ella vivir en la ciudad y cómo se reflejó esto en su obra literaria.
El escritor Eduardo Soler fue íntimo amigo de Carmen Conde, es testaferro de su testamento y estuvo hace unos días en Melilla, una ciudad que ejerció una gran influencia en la obra de esta escritora, para ofrecer una charla enmarcada en la semana cultural dedicada al poeta Miguel Fernández y realizada en el instituto del mismo nombre. Bajo el título de ‘Carmen Conde y Melilla’ se desarrolló esta conferencia en la que se perfilaron las características en la obra de esta mujer influenciadas por las vivencias de su niñez y adolescencia que pasó en la ciudad. Soler también homenajeó a su amiga visitando la antigua librería donde ella compró sus primeros libros y cuentos.
– ¿Cuál fue la relación de Carmen Conde con Melilla?
– Fui muy amigo de la escritora, que fue primera académica de la Lengua, y conocía por ella y por su obra la relación tan estrecha y definitiva para su escritura que había tenido con Melilla. No se puede entender la obra de Carmen Conde sin Melilla; y Melilla, a partir de la obra de Carmen Conde pasó a la historia de la literatura con mayúsculas. Carmen Conde es ahora mismo la escritora más importante que ha escrito sobre Melilla.
– ¿Cómo fue la vivencia de Carmen Conde en Melilla?
– Su infancia tuvo aquí su despertar y aquí tuvo sus primeros amores, unos chicos que aparecerán en sus obras. También tuvo sus primeras amigas, y algunas nunca las olvidó, pero sobre todo, tuvo un cariño muy especial a sus maestras. En concreto a una profesora a la que las niñas la llamaban ‘Miss Mini’, que era la directora del colegio de Inglés. Esta profesora vio que Carmen era una alumna diferente con la que podía comunicar cosas que con otras niñas no. Así, la mandó leer ‘El Quijote’ y hablaba con ella de la literatura romántica. A Carmen Conde aquí se le despierta la pasión por la literatura.
– ¿Era una mujer muy inquieta?
– En Melilla ahora dirían que era una alumna hiperactiva. Sus maestras cuando hablaban con sus padres destacaban que era muy lista pero también que no paraba quieta. Pero esa hiperactividad la volcaba en dos cosas, sus amistades y en la lectura, en un afán de saber imparable.
– ¿En qué obras podemos ver esta influencia de la ciudad en su escritura ?
– Tiene dos libros fundamentales, uno de ellos es ‘Júbilo’. Es un libro que me extraña que sea poco conocido aquí y ahora que está tan de moda el multiculturalismo, me causa extrañeza que en una ciudad tan pluricultural no sea una lectura obligada. ‘Júbilo es un libro por el que pasan personajes de distinta raza, cultura, religión, y que está tan ligado a Melilla que incluso aparecen los personajes del clima de la ciudad como el viento o el agua del mar. Carmen Conde aquí adquirió esa característica de su obra de aceptación de los demás, antirracista y todo eso fue adquirido en su infancia porque convivió en la escuela con niñas y niños de culturas diferentes. Además, tiene la característica de que está escrito en prosa poética y el prólogo se lo hizo la premio novel de Literatura Gabriela Mistral.
– ¿Y la segunda de las obras en la que Carmen hace referencia a Melilla?
– ‘Empezando la vida’ es el otro, más conocido porque una profesora de la ciudad realizó una publicación en colaboración con la UNED sobre esta obra. Para mí tiene un significado muy triste, porque Carmen Conde tenía el sueño de escribir un ‘Terminando la vida’. Ella decía que en Melilla escribió ‘Empezando la vida’, y que deseaba escribir la segunda parte, pero no pudo hacerlo. Hay una edición en Málaga de unos pocos poemas de una gran tristeza y son muy duros de leer. Pero también en su libro de memorias ‘Por el camino viendo las orillas’ hay muchas estampas melillenses, como la librería donde compraba los cuentos, sus amistades y sus correrías por la ciudad.
- Su obra estuvo apoyada por personas influyentes en la literatura de su tiempo.
- Carmen Conde tuvo desde el principio el reconocimiento de tres grandes y primeras figuras de la literatura Gabriela Mistral, Juan Ramón Jiménez y Gabriel Miró, quien prologa las obras completas.
“Ella era una feminista”
Carmen Conde nació en Cartagena y pasó allí su primera infancia. Luego se trasladó con su familia a Melilla con cinco años.
¿Cómo define la obra de esta escritora? Eduardo Soler apuntó que “no solamente fue poetisa sino novelista, dramaturga, escritora para niños y jóvenes, pues hay que destacar que uno de sus libros que fue Premio Nacional de Literatura fue ‘Canciones de nana y desvelo’, que yo prologué, y tuve la suerte de que se lo dedicara a mis hijos. Su obra es abarcativa de todos los géneros literarios. Su poesía era profunda y difícil y su libro capital es ‘Mujeres sin edén’, en el que la mujer adquiere el protagonismo de la humanidad que hasta ese momento era del hombre. Ella era una feminista, pero distinta”.
Carmen Conde abogaba porque la mujer se formara y le preocupaba mucho el analfabetismo a la que estaban sometidas este colectivo en su tiempo.
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