Fuentes cercanas al Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI), explicaron a El Faro que “no se hacen controles tan exhaustivos sobre los solicitantes de asilo como se deberían de hacer porque ahora no hay capacidad para absorber tanta demanda”.
Los expedientes de estos solicitantes los resuelve la oficina de asilo, que “ahora mismo tiene una carga de 40.000 solicitudes pendientes, porque no es solo la de Melilla, es la de toda España, todas las solicitudes llegan hasta una sola oficina”, comentó esta fuente. Y añadió que todas las instituciones que están relacionadas con inmigración, también están desbordadas .
“Hemos pasado a ser el primer país de Europa en cuanto a la recepción de inmigrantes a pesar de haber hecho esfuerzos como la apertura de más centros, no damos a basto. Hay cifras en fines de semana de 1.500 o 2.000 personas que llegan a la península, son cifras muy altas, es un avalancha”, aseguró la fuente.
Esto ocurre también en el CETI de Melilla. Ahora mismo hay cerca de 1.400 residentes, cuando la capacidad es de 784. Tal y como esta fuente cercana al CETI comentó, en 2018 hubo un aumento con respecto al año anterior. “La media en 2017 fue de cerca de 1.000 residentes y el año pasado se situó en 1.200”, dijo. El tiempo de estancia media en los solicitantes de asilo está en torno a dos meses y los no solicitantes se quedan alrededor de cuatro meses
Al estar desbordados ya que tienen “el doble de nuestra capacidad”, los residentes no están en las mejores condiciones, dijo esta fuente, pero “al menos tienen una cama en la que dormir, un techo y una comida”. Además explicó que no todos están en las mismas condiciones porque “no es lo mismo una litera de colchón que una de campaña. No es lo ideal, pero no hay otro sitio donde se puedan meter aquí en Melilla”, dijo.
En cuanto a niños, ahora mismo en el centro hay “alrededor de 150 más o menos, todos con sus familias porque aquí no pueden estar solos, cuando viene algún niño solo se le traslada al centro de menores”, dijo. Y añadió que “siguen llegando muchas familias, menos los subsaharianos, que suelen llegar solos. Además sirios, palestinos y yemeníes también vienen en familia”.
El cambio de tendencia más significativa del 2018 en el CETI, según esta fuente explicó es que “se redujo el número de sirios porque, o bien ya se han desplazado la mayoría o bien los que están allí no tienen medios económicos como par hacerlo”. Los que más llegaron en 2018 fueron los nacidos en Guinea Conakry, tunecinos, sirios han bajado pero en tercer lugar, marroquíes y argelinos.
Además, contó esta fuente, desde finales de 2018 llegan muchos palestinos. “Dicen que huyen de palestina, no ven salida económica, normalmente son gente joven”. Los palestinos que venían antes estaban asentados en Siria, pero desde finales de 2018 llegan muchos que están asentados en Gaza y en Cisjordania. “Ahora mismo en el CETI un 10% son palestinos”.
Respecto a los argelinos y su quejas por no poder llegar a la península, esta fuente explicó que siempre han tenido problemas para llegar hasta allí, “no solo ahora, porque hay un acuerdo de devolución con su país”.
Con Marruecos es diferente, pues si se les deniega el asilo o vienen sin él pueden ser devueltos automáticamente a Marruecos. “La policía tiene que estudiar detalladamente todas las solicitudes. Al cruzar la frontera, alguien puede inventarse cualquier historia para solicitar el asilo”, contó la fuente cercana al CETI.
“Hace poco llegó un marroquí del colectivo LGTBI, estuvo aquí un tiempo y pasó a la península junto con otras personas de este colectivo. En cuanto llegó, empezó a lanzar insultos homófobos al resto del colectivo. La policía tiene que hacer sus controles, pero volvemos a lo mismo, estamos desbordados”.
Por último, esta fuente cercana al CETI quiso recordar que un solicitante de aliso no debe tener libre circulación para ir a la península. “Melilla no es territorio Schengen. No estamos en una zona de libre circulación europea”, comentó.
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