Que durante el mes de abril en Melilla se hayan hecho 133 contratos está bien pero no permitamos que ese dato no nos deje ver el bosque y es que desde en el mismo mes de 2023 se han perdido 850 puestos de trabajo, algo muy preocupante y que debe llevar a una reflexión profunda en la Delegación del Gobierno, aunque su titular y secretaria general del PSOE, Sabrina Moh, ya haya salido públicamente a festejar la cifra y a ensalzar las políticas socialistas que, por cierto, todavía no han sido capaces de sacar adelante el plan de empleo que corresponde al año anterior y que esperan decenas de familias como agua de mayo.
Un solo parado menos es siempre positivo pero en absoluto la situación de Melilla está para aplaudir que el paro baje de un mes a otro en algo más de un punto. Los empresarios ya han dicho en multitud de ocasiones que el empleo se está resintiendo mucho por el nuevo sistema de bonificación a la Seguridad Social impuesto por el Gobierno de Sánchez. Desde el primer momento han venido manteniendo que se ha creado una inseguridad jurídica que perjudica enormemente a las inversiones por la incertidumbre generada. Y esto es fácil de entender: si el Gobierno ha sido capaz de terminar de un plumazo con la bonificación del 50% de las cuotas patronales a la Seguridad Social sin que le temblara el pulso, ¿quién es capaz de afirmar que no hará lo mismo con cualquier otra de nuestras ventajas fiscales en cualquier momento?
El régimen de tributación atenuada que tiene la ciudad es el que soporta su tejido productivo y el que se debe emplear como reclamo para la implantación de nuevas iniciativas empresariales que fomenten el empleo. La dentellada que le ha pegado el Gobierno y que tanto la delegada como el PSOE aplaudieron como focas, se está dejando notar desgraciadamente y lo seguirá haciendo si nadie lo remedia. Sabrina Moh dijo hace dos meses que se iba a solucionar el problema, que se volvería al anterior sistema pero la realidad es bien distinta: el PSOE no hace sino retrasar sine die la tramitación de la proposición de ley procedente del Senado y eso es muy mala noticia para la economía melillense.
La beneficiosa fiscalidad de Melilla no está para juegos y, muchísimo menos, para pegarle hachazos del tipo de lo ya comentado. Muy al contrario, debe tomarse como base para seguir mejorándola y cuidándola, es nuestra joya de la corona y el Gobierno de Sánchez lo sabe. Si los socialistas no tienen la intención de ampliar las ventajas para favorecer que haya en Melilla un tejido productivo con inversiones, fuerte y emprendedor, al menos que no toquen lo que ya hay consolidado desde hace décadas.
Ya que el Gobierno de España es incapaz de hacer que Marruecos cumpla su compromiso de reabrir la aduana comercial o de que exista reciprocidad en el régimen de viajeros, que no ayuda especialmente en el tema de los transportes ni en hacer inversiones públicas productivas, al menos que nos devuelva el sistema de bonificación y que en el futuro no se le ocurra de nuevo tocar una sola coma del régimen fiscal que ahora tenemos.
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