Opinión

¿No habíamos renunciado a los actos unilaterales?

El presidente Pedro Sánchez pactó este 7 de abril con el rey Mohamed VI la renuncia de España y Marruecos a los actos unilaterales. No ha pasado ni siquiera una semana y ya circula por redes la foto de miembros del Gobierno de Beni Enzar informando a un agente de la Guardia Civil de Melilla de que Marruecos tiene la intención de abrir su frontera este jueves para, según apuntan fuentes del Gobierno de Beni Enzar, facilitar la renovación de documentos como la carta verde, en las oficinas del principal paso fronterizo.

Desde El Faro tuvimos noticias el lunes de una reunión celebrada en Beni Enzar en la que las autoridades locales decidieron unilateralmente abrir el paso fronterizo, sin ponerse de acuerdo con España.

Desde el Ministerio del Interior, dijeron este martes, a primera hora de la mañana y a preguntas de El Faro que la frontera se abrirá cuando esté todo preparado y de mutuo acuerdo con Marruecos, pero mucho me temo que es imposible ponerse de acuerdo con quien ha decidido que las cosas se hacen a su manera.

La decisión marroquí de abrir el tráfico fronterizo pone en un brete a las autoridades españolas porque de cara a la galería Marruecos presenta el problema como un problema español y no como lo que es: una decisión unilateral, vigente desde hace dos años, con trasfondo político por más que se haya utilizado la pandemia para disfrazarlo de medida sanitaria de contención de la pandemia.

Mal empezamos si Marruecos se arroga el derecho a manipular a la opinión pública española para que presione al Gobierno para abrir la frontera. Evidentemente ahora tenemos que preguntarnos por qué nuestra frontera no está preparada para abrir. Sinceramente creo que le van a llover chuzos de punta a la delegada del Gobierno, Sabrina Moh. Ha tenido dos años para tener esto a punto y las cosas no están listas. ¿Se acostumbró a vivir a la coreana?

Alguien tendrá que responder ante la opinión pública española y la cadena siempre se rompe por el eslabón más débil. Le toca a Sabrina Moh.

En todo caso, habrá tiempo de pedir responsabilidades a la Delegación del Gobierno. La pregunta es cómo se atreve un Gobierno local, de una de las regiones marroquíes más atrasadas y con cero influencia política en Rabat a tomar una decisión de tal calado como reabrir la frontera.

Seríamos completamente idiotas si creyéramos que el presidente del Ayuntamiento de Beni Enzar se levantó por la mañana harto de ver la frontera cerrada y decidió unilateralmente tomar una decisión que no ha tomado en dos años.

Es evidente que tiene el visto bueno de "alguien de arriba" y y ese alguien de arriba no toma decisiones que afectan a la palabra empeñada por el rey si no supiera que tiene el beneplácito de Palacio.

Hizo bien Sánchez en no quedarse en Rabat más de lo imprescindible. Si Marruecos quería abrir la frontera, tenía que haberle dado la fecha al presidente español para que él hiciera el anuncio como parte de la declaración conjunta.

Hay quienes aseguran en Marruecos que el presidente Pedro Sánchez fue informado de la decisión marroquí de abrir la verja este jueves, pero en el marco de conversaciones bilaterales no caben este tipo de presiones.

La única forma que tiene Marruecos de demostrar que abandona la posición de hostigamiento hacia España es cesando a los responsables políticos de Beni Enzar. Sólo así puede demostrar que Rabat está al margen de esos actos unilaterales que emponzoñan las relaciones entre los dos países.

Dábamos por zanjada una crisis que ha sido larga y profunda como dice el ministro Albares, pero estas no son maneras de reconstruir los lazos de amistad. Queremos que abra la frontera, lo necesitamos, pero es imposible que eso ocurra si no se hace en condiciones óptimas de seguridad sanitaria y policial.

¿Cómo le explica Pedro Sánchez ahora a la opinión pública que Marruecos es un socio leal? ¿En qué situación queda ahora nuestro país? Ya nos tragamos la bandera con el escudo al revés. Hicimos la vista gorda y nos contentamos con la explicación de que inútiles hay en todas partes. Dimos por buena la versión de que fue un lapsus del Protocolo real porque nos convenía creerlo. Pero lo de soltar la noticia de la apertura de la frontera sin consultar a España demuestra que no hay una nueva hoja de ruta conjunta; que no se ha hecho borrón y cuenta nueva, que esto es más de lo mismo.

No es bueno para ninguno de los dos países forzar la máquina en un conflicto más emotivo que político, con efectos secundarios terribles para las economías a ambos lados de la valla.

Es cierto que desde que se empezó a hablar del viaje de Pedro Sánchez a Marruecos no ha habido más saltos a la valla masivos, ni pateras. La inmigración está controlada. Ahora hay que controlar las ganas de humillar a España. Hay que entender la reapertura de la frontera como un negocio, pero los negocios no se cierran con cualquiera.

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