El hielo no faltará en Melilla. Esto es lo que asegura a El Faro Yose García, socio junto con Francisco Muñoz, de Cubitos de hielo Claro, la única empresa proveedora de la ciudad.
Esta empresa suministra de hielo a todos los comercios excepto a las grandes superficies, que cuentan con su propio proveedor. El Faro ha visitado las instalaciones de esta empresa para comprobar cómo está el aprovisionamiento de hielo en Melilla.
Cuando en la península están viviendo una verdadera escasez de hielo, García presume de poder contar con este producto tan preciado este verano y de poder suministrarlo a sus clientes. Esto se debe a que Yose García y Francisco Muñoz tienen un contrato con una empresa de la península, la cual no han querido identificar, que les obliga a abastecer a su empresa.
Tanto es así que ha recibido ofertas de empresarios de la península para comprar su mercancía. Estas ofertas las han tenido que rechazar los socios melillenses ya que la demanda de hielo en Melilla está siendo más alta que nunca, contaron a El Faro.
Hace casi una semana, algunos melillenses se quejaban de que no habían encontrado bolsas de hielo en algunos conocidos supermercados de la ciudad, pero que luego sí que habían conseguido comprarlo en pequeñas tiendas.
Yose García y Francisco Muñoz cuentan que la explicación es que las grandes superficies tienen sus propios proveedores de hielo de la península, que no pueden abastecer ni a los comercios de allí.
El Faro ha podido hacer una visita por las instalaciones de Cubitos de hielo Claro. Este diario pudo comprobar que el congelador de esta empresa está repleto de montañas de sacos de hielo.
En esta nave hay aproximadamente 3.600 kilos almacenado de diferentes tipos, cubitos, escamas o el hielo en bolitas, según explicaron a El Faro estos socios.
Si en algún momento ha faltado hielo en alguno de los bares que abastece, este proveedor lo achaca al problema del transporte.
A la subida de los precios de la luz y de las materias prima, en Melilla se une otro agravante. El hielo hay que traerlo de la península, ya que en la ciudad no hay ninguna fábrica actualmente.
Yose García comenta que a veces ha tenido problemas con el envío y solo ha podido suministrar el que tenía almacenado en su nave, por este motivo sí que algunos bares han podido tener menos hielo del que han demandado, pero asegura que se ha solucionado pronto.
Otro de los problemas que podrían haber afectado, explica Yose García, es que los bares y los restaurantes demandan más hielo en un momento dado y su camión de reparto no es tan grande como para almacenar tanto. Este empresario asegura que los comercios que lo han necesitado, lo han tenido al día siguiente.
El precio del hielo ha aumentado considerablemente. Desde el precio de la luz para fabricarlo, que repercute directamente en el coste de la compra para estos proveedores, el precio de la electricidad a la hora de almacenarlo en la nave y, por último, el del plástico. Debido a las medidas que obligan a no fabricar plásticos de un solo uso, comenta, el precio de este material también ha subido.
El propietario de la empresa de distribución explica que el plástico es la única forma correcta que habría para conservar el hielo, ya que es de los pocos que permite almacenarlo al vacío y que resiste los dos kilos que pesa cada bolsa.
A todo ello, dijeron los empresarios, hay que sumar que el precio que pagaban antes por transportar el hielo hasta Melilla en barco ha subido considerablemente. El hielo lo traen en frigoríficos enchufados en los barcos.
La subida del hielo, el plástico y el transporte ha provocado que los beneficios de esta empresa se hayan visto reducidos, a pesar de que el coste para ellos se haya duplicado. Ahora mismo, los socios aseguran que pagan el doble por el hielo que el año pasado, pero que no han querido subir el precio a sus clientes demasiado.
Por suerte, explica Yose García y Francisco Muñoz, el precio del alquiler de la nave no les ha podido subir porque tienen un contrato.
Yose explicó a El Faro que a él ahora mismo le cuesta un saco de hielo 1 euro más que antes, pero que a sus clientes solo les ha subido 50 céntimos el coste de estos sacos.
Lo que salva a estos proveedores, comentan, es que este verano el consumo de hielo se ha disparado más que nunca. Tras la pandemia, los melillenses visitan más los bares y consumen más hielo, por lo que tienen mucha más demanda que años atrás. Gracias a este consumo, están pudiendo sobrevivir, pero confiesan que no saben si van a aguantar durante el invierno.
En invierno, los socios comentan que su empresa vivía del excedente de beneficios del verano, época en la que más trabajo tienen, pero este año no cuentan con ese dinero.
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