Una manada de perros asilvestrados ha sido vista este miércoles, sobre las 6:00 horas, en la Plaza Multifuncional de San Lorenzo, pese a que Melilla está en nivel 1 de alerta por rabia desde noviembre, según ha denunciado la diputada popular Paz Velázquez.
La ex consejera de Sanidad en el Gobierno de Imbroda reprochó que la Ciudad haya destinado 150.000 euros a contratar a una empresa para que recoja las manadas de perros vagabundos y sin control de las calles de Melilla y "seguimos igual o peor con la rabia", señaló.
Asimismo, se quejó de que la solución al problema se aplace indefinidamente. "¿Hasta cuándo tendremos que soportar tanta negligencia e incompetencia?", se preguntó.
La imagen de la manada de perros sin vacunar y sin control, en una ciudad donde ya hay cinco víctimas que han sufrido mordidas de perros con rabia y han tenido que ser sometidas a tratamiento, llega después de que se hiciera público el informe que los veterinarios municipales enviaron el 21 de enero al director general de Salud Pública, quejándose de que la consejera socialista Francisca García Maeso fue advertida en octubre de la necesidad de reforzar con medios humanos y materiales el servicio de laceros de la Policía Local para recoger la amplia población de perros callejeros que había en Melilla.
Lejos de seguir la recomendación de los técnicos municipales, en las reuniones que tenía con ellos la consejera socialista hacía gala de su animalismo, llegando a poner el Bienestar Animal a veces por encima de la Salud Pública.
Los veterinarios municipales advirtieron en noviembre de 2021 de que con la cantidad de perros sin control que había en las calles de Melilla, si entraba cualquier pequeño carnívoro infectado de rabia desde Marruecos, las consecuencias iban a ser nefastas.
Y así ha sido. Desde noviembre se han detectado en Melilla ocho perros positivos en rabia y ha habido ya cinco personas con tratamiento antirrábico después de haber sido mordidas por animales infectados en plena calle.
El informe de los veterinarios de la Ciudad ha sido demoledor para la consejera García Maeso a quien los técnicos describen como una persona de "exacerbado animalismo", que intenta anular sus recomendaciones, evita pedirles los informes que habitualmente son ellos los que realizan o llegando incluso a amenazarlos veladamente y a mostrarles una poco disimulada animadversión.
Esta animadversión creció cuando los veterinarios municipales presentaron un proyecto de control de colonias felinas en las calles de Melilla que Meso dotó de un presupuesto de 24.000 euros y que adjudicó a una asociación animalista elegida por ella misma y en contra del criterio de los técnicos.
Los veterinarios municipales no dieron su bendición a la adjudicación al entender que se trataba de un proyecto que se podía llevar a cabo desde la Administración y con el apoyo de las entidades de voluntarios animalistas que llevan años trabajando para la Ciudad.
A partir de ese momento la consejera anuló cualquier tipo de contacto con los veterinarios municipales y estos denuncian que se han tomado decisiones saltándose la normativa vigente y sin consultar a los técnicos, lo que les ha llevado a hacer informes denunciando la arbitrariedad de la consejera.
Uno de los encontronazos más sonados entre la consejera de Salud Pública y los veterinarios surgió a raíz de la llamada de auxilio de una vecina de Melilla que fue mordida por uno de sus perros, que presentaba un aspecto muy agresivo y que terminó comprobándose que era positivo en rabia.
El técnico de Bienestar Animal que debía acudir estaba de vacaciones y fue una compañera en su lugar y al enterarse la consejera le reprochó en mitad de un pasillo de la consejería que "a qué mierda" habían ido a la vivienda de la ciudadana que pidió ayuda a Salud Pública, si ellos no pintaban nada allí.
Además, como el perro infectado convivía con otros animales que tenía la mujer en su casa y esos perros fueron retirados del domicilio y puestos en observación, la consejera no estuvo de acuerdo con el proceder, de acuerdo a la normativa vigente, y les ordenó que devolvieran las mascotas a su dueña, algo a lo que se negaron los técnicos.
Éste es uno de los motivos por el que los veterinarios municipales enviaron un informe para quejarse de la persecución de la consejera, que en opinión de los técnicos ningunea a funcionarios que llevan 30 años trabajando para la Administración.
Además, la responsabilizan del aumento de casos de rabia en Melilla "por su negligente actuación", que ha llevado a sobreexponer a los técnicos y operarios al virus.
En su informe, los veterinarios municipales alertan de que "debido al deterioro del servicio" se está produciendo un grave peligro contra la Salud Pública que puede llevar a la aparición de rabia humana.
Además, advierten de que ya se ha restringido el paso de animales procedentes de Melilla a Motril y Granada y no se descarta que se prohíba la entrada de nuestras mascotas a todos los puertos y aeropuertos de la península.
A esto hay que añadir que recientemente, Podemos alertó de que Melilla está al borde de entrar en el nivel 2 de rabia, lo que implicaría el sacrificio de todos los animales que estén en las calles de la ciudad.
Maeso ha negado que esta situación venga en camino.
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