Los Juzgados de la ciudad han detectado la existencia de melillenses portadores de un documento nacional de identidad que no hablan una sola palabra de español y que al ir a declarar a un juicio piden traductor de castellano. Si esto ocurriera en Cataluña y no en Melilla estaríamos hablando de otra provocación soberanista. Aquí, en cambio, ocurre, según fuentes judiciales, como consecuencia de la regularización masiva que se hizo en los años ochenta y el desconocimiento de la lengua oficial en esta ciudad se da, sobre todo, en melillenses de avanzada edad.
No hay que olvidar que para conseguir la nacionalidad española es imprescindible hablar castellano y que ignorar el idioma puede acarrear la pérdida de ese estatus.
Todos tenemos aún reciente el revuelo causado por la ley de la Reforma Integral de los Registros y el endurecimiento de los requisitos exigidos para conseguir la nacionalidad española.
El Gobierno central entiende que la concesión de la nacionalidad también se ha convertido en una puerta de entrada de inmigrantes en nuestro país, por lo que ha decidido aumentar el control para que las personas que consigan un pasaporte español entiendan lo que significa ser español, tengan conocimiento de nuestra lengua, nuestras costumbres y de nuestra cultura.
Para nadie es un secreto la importancia de la Lengua en la identidad de un pueblo, por eso es imprescindible que cerquemos estos “desajustes lingüísticos” con una alfabetización a fondo.
También sería interesante que Melilla consiguiera, como lo ha logrado Ceuta este año, la autorización del Ministerio de Educación para impartir clases de español para extranjeros en la Escuela de Idiomas.
Al margen de la potenciación del castellano habría que tener en cuenta que en Melilla hay otra lengua muy arraigada a la cultura de esta tierra. Que se incida en la enseñanza de una no tiene por qué ir en detrimento de la otra.
Todo lo contrario. Mientras más lenguas domina una persona, más abierta está a entenderse con la gente que le rodea. Y de eso se trata, de que cada vez nos entendamos más y mejor, pero primero en la lengua de todos, en el idioma oficial de este país: El español.
Y no sólo por no perder la nacionalidad española es importante aprender castellano, sino también porque nuestra lengua es la segunda del planeta con 495 millones de hablantes, sólo superada por el chino. Hablar español nos ayuda a entendernos con medio mundo.