Ni más dinero ni menos exigencias (“en principio”)

No está en los planes del Ejecutivo local rebajar el nivel en la calidad del servicio que consiguió introducir en el nuevo contrato de navegación marítima. Tampoco está dispuesto (“en principio”) a aportar más dinero de las arcas de la Ciudad para, al mismo tiempo que se mantienen esas exigencias, hacer atractivo el concurso a las empresa navieras. Y  ni se plantea la posibilidad de que las compañías presten el servicio sin estar obligadas por un contrato a unas condiciones de calidad, precio, periodicidad y tiempo de trayecto. Así lo explicó ayer a El Faro el portavoz del Gobierno local, Daniel Conesa, tras conocerse un día antes que ninguna empresa había presentado ofertas para hacerse con el servicio que hasta ahora viene presentando Acciona-Trasmediterránea. Con sus declaraciones, Conesa, que también es consejero de Economía y está acostumbrado a hacer números, dejaba ayer claro cuál iba a ser la estrategia a seguir por el Ejecutivo: La primera carta que se jugará será buscar el respaldo del Ministerio de Fomento, donde debe encontrar el apoyo necesario para hacer más atractivo el contrato a ojos de las navieras elevando el presupuesto de licitación. Porque ése, a falta de oír las explicaciones de los responsables de estas empresas, es el problema que todo el mundo cree que ha provocado la ausencia de ofertas.
El reto no es nada fácil. Hay que tener en cuenta que unos cientos de kilómetros más al oeste está Ceuta en una situación similar a la nuestra. Allí las navieras tampoco presentaron ofertas al contrato público de transporte marítimo entre la ciudad caballa y Algeciras.
Más al oeste, bajando por la costa africana, nos topamos con las Islas Canarias. Allí, en Las Palmas de Gran Canaria, nació José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo. Peso pesado en el Gobierno de Rajoy, presidente del PP de Canarias desde 1999, ex alcalde de Las Palmas, ex presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria y ex diputado en el Parlamento canario. ¿Cómo convencer a sus paisanos de que el Gobierno pone más dinero para el barco entre Melilla y la península sin mejorar las condiciones de precios y calidades en los barcos y aviones que operan en las islas? ¿Y las otras islas, las situadas al Este de nuestra ciudad? ¿No querrán también mejoras los baleares?
Si en algo estarán de acuerdo el Gobierno y la oposición en medio de la trifulca política que se adivina en el horizonte y que descargará con toda su intensidad mañana, es en que el camino adelantado por Daniel Conesa no es el más fácil. Sin embargo, es el primero que hay que tantear. No tendría sentido renunciar sin más a esta opción, que aunque es la más difícil, también sería la más beneficiosa económicamente para la ciudad y políticamente para el Gobierno local. Siempre queda tiempo para ‘desdecirse’ y recordar ese “en principio” que antepuso ayer Daniel Conesa para descartar la posibilidad de que Melilla aumente su aportación económica. Un dinero que, “en principio”, es una especie de ‘préstamo’ que la Ciudad hace al Ministerio de Fomento para mejorar la calidad del transporte marítimo y que luego el Gobierno central se compromete a devolver en forma de inversiones.
Ésa parece la solución más factible y menos mala, “en principio”.