El Observatorio de Ceuta y Melilla detectó, durante el pasado verano, y particularmente con la Operación Paso del Estrecho (OPE), tanto Marruecos como algunos periodistas españoles se referían a las ciudades autónomas como enclaves o presidios, algo que, en opinión de su director, Carlos Echeverría, “puede sonar a la audiencia raro, o incluso mal en términos de interés nacional, como si aquello fuera algo ajeno a España”. Por ese motivo, y también después de una tribuna que escribió para el diario El Mundo, desde el Observatorio se propusieron, como dice su director, hacer “un poco de pedagogía”. Seleccionaron cuatro términos –colonias, enclaves, presidios y ciudades ocupadas-, “los más manidos y equívocos”, y han realizado una especie de cartel “con una imagen y una frase de impacto que transmite un mensaje breve, pero conciso y claro”, asegura Echeverría. “Una forma diferente de explicar las cosas: más atractiva y con más impacto”, añade.
Bajo la leyenda 'Son territorios españoles con una historia que nos une', el infograma consiste en cuatro imágenes –una de Melilla, que es el faro, más otra de Ceuta, otra del peñón de Alhucemas y otra de las islas Chafarinas- con la explicación sobre cada término de por qué estos territorios españoles en el norte de África no tienen ese estatus. El Faro las desgrana con ayuda del director del Observatorio.
-No son colonias: “Ninguno de estos territorios aparece en la lista de territorios no autónomos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”.
Echevería explica que “los territorios coloniales están muy claramente definidos por el Derecho Internacional y por la ONU” en una lista que se puede ver en la página web de la Asamblea General de las Naciones Unidas y que contiene alrededor de una decena de territorios en todo el mundo. En ella está, por ejemplo, el Sáhara Occidental, “aunque Marruecos diga que no lo es”, afirma Echeverría. También está Gibraltar, al que el Reino Unido reconoce como colonia, aunque no parece que tenga “prisa” por descolonizarlo, añade.
En cualquier caso, aunque a Marruecos le gustaría que estuvieran en la lista, ni Melilla, ni Ceuta, ni los peñones ni las Chafarinas lo están, "con lo cual que se olvide de calificarlos como colonias, porque está mintiendo”, afirma el director del Observatorio.
Echeverría cuenta que el requisito para que un territorio sea considerado una colonia es que, en el período en el que había colonización –desde los siglos XV a XIX-, la potencia colonial accediera a que fuera introducida en esa lista, como hizo España con Guinea Ecuatorial y el Sáhara Occidental. Ello ocurrió durante el régimen de Franco, que preparó una descolonización que cuajó en el primer lugar, pero no en el segundo, para el que había previsto un referéndum que no se llevó a cabo por culpa de “la ocupación marroquí y mauritana”, que impidió que el territorio se descolonizara debidamente, relata Echeverría, quien cree que es “bueno” recordar que, en ese caso, en términos jurídico-internacionales, “se actuó bien” pese a que “mucha gente cree que todo lo que viene de Franco es malo y que todo lo que hizo era equivocado”.
También eran colonias, por ejemplo, los países hispanoamericanos antes de independizarse. Solamente han quedado en la zona bajo soberanía británica las Islas Malvinas, que Argentina reclama y que están reconocidas por el Reino Unido como territorio no autónomo, aunque no se quiera desprender de ellas, como quedó claro en la guerra de 1982, cuando fueron ocupadas por los argentinos.
“Lo importante (en este caso) es el estatuto jurídico y nuestros territorios en el norte de África ni han sido colonias ni están reconocidos como colonias por el Derecho Internacional, y ahí se acaba la discusión”, expresa el director del Observatorio.
-No son enclaves: “Ninguno está rodeado por territorio de otro Estado. Todos tienen acceso directo al Mediterráneo”.
El caso del enclave, explica Echeverría, puede ser “malo”, porque está “aislado”, pero no importa si las relaciones entre los dos países son cordiales. Sin ir más lejos, España posee un enclave –Llivia, a seis kilómetros de la frontera con Gerona- en el sur de Francia que este país reconoce como español desde el Tratado de los Pirineos, por el que España cedió a Francia los 33 pueblos de las comarcas catalanas del Vallespir, el Capcir, el Conflent, el Rosellón y la Alta Cerdaña que hoy forman, junto con la Fenolleda, el departamento francés de los Pirineos Orientales. Llivia quedó fuera de este tratado por tratarse de una villa, privilegio concedido por el Emperador Carlos I, por lo que continuó bajo dominio del Rey de España. Aquí no hay problema, porque Francia reconoce que es territorio español, y, de hecho, durante la II Guerra Mundial, cuando las fuerzas alemanas invadieron Francia, no entraron en Llivia al formar parte de un país amigo.
En cualquier caso, Echeverría deja claro que ninguno de los cinco territorios españoles son enclaves, “porque los cinco se abren al Mediterráneo”. Por tanto, añade, su estatus como territorios españoles está amparado por el Derecho Internacional y el Derecho del Mar, “porque, aunque no haya delimitación de las aguas, porque Marruecos no quiere, el acceso a ellos es libre”.
-No son presidios. “Calificarlos de presidios es un intento de manipulación histórica. Hubo prisiones en el pasado, pero eso no define su identidad”.
El director del Observatorio teme que quien escuche hablar de presidios pueda pensar que serán lugares donde sólo hay población penitenciaria en la actualidad, o sólo la hubo hasta hace poco, y eso tampoco es cierto en el caso que nos ocupa. Echeverría argumenta que ha habido prisiones en Melilla y Ceuta como las ha habido en otros territorios extrapeninsulares en Baleares y Canarias, “pero lo que no puede ser es, en pleno siglo XXI, calificar esos territorios de presidios, porque se está transmitiendo una imagen peyorativa, manipulada y poco estética”.
Desafortunadamente, se trata de otra palabra que “Marruecos utiliza mucho”, lamenta el experto y también profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Ceuta. Sobre todo lo hacen, critica, los medios de comunicación, que crean así “una idea de que es algo marginal”, cuando, en realidad, las cárceles de las ciudades autónomas son iguales que las del resto del Estado. “Es decir, hay cárceles y punto, pero no son territorios que se mantienen para encerrar a prisioneros, y eso habría que dejarlo claro también a Marruecos”, detalla.
-No son ciudades ocupadas. “Estos territorios son parte de nuestra historia y cultura. La historia de los territorios españoles en el norte de África es la historia de España”.
“Claro que no son ciudades ocupadas, porque son territorios españoles desde hace mucho tiempo”, dice Echeverría. En concreto, Melilla desde 1497 y Ceuta, desde 1640. Por lo tanto, “son ciudades españolas de amplio abolengo”, añade, y lo extiende a los peñones y a las Chafarinas antes de refutar a Marruecos que no es un argumento el hecho de que estén en el norte de África y adyacentes a su territorio.
De hecho, Echeverría recuerda que ninguno de estos territorios perteneció jamás a Marruecos, país que obtuvo la independencia en 1956. Es más, explica que, en ningún momento, ni cuando había un sultán en la zona y se producían refriegas con España, estos territorios dejaron de ser españoles, "así que no tienen por qué dejar de serlo ahora por el hecho de que estén en la costa africana”. “Por lo tanto, no hay que hablar de ciudades ocupadas; no hay que admitirlo”, concluye el director del Observatorio.
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