Este viernes se celebra el Día Internacional de la Juventud. El Faro ha salido a la calle para comprobar cuál creen que es el principal problema de los jóvenes en Melilla. El empleo es lo que más preocupa a los melillenses seguido de la emancipación. Nayira, una joven preocupada por su futuro, explicó a este diario que para poder comprarse una casa tendría que estar media vida pagándola.
Estos problemas se detallan en el último informe publicado este viernes por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España.
"Yo creo que no tener trabajo y poder independizarse de sus padres", reconoció Mariola. Ella no es de Melilla, pero está pasando unos días en la ciudad y cree que el principal problema que tienen los jóvenes en general, es que no pueden irse de casa y viven con sus padres hasta pasados los treinta años. Ella explicó a El Faro que se fue de casa a los 26, pero cree que hoy en día esto es impensable para la mayoría de jóvenes.
Por problemas como este, el 17 de diciembre de 1999 en la Asamblea General de la ONU se aprobó que el 12 de agosto fuera el Día Internacional de la Juventud. Este día tiene como finalidad llamar la atención a la comunidad internacional sobre los problemas a los que se enfrenta la juventud y ayudar a desarrollar el potencial de los jóvenes como parte de la sociedad actual.
Entre los problemas que más ven los jóvenes sobre Melilla es que es muy difícil encontrar trabajo y por consiguiente, emanciparse. Estas son dos de las cuestiones que aportó Nayira a El Faro, y de las más repetidas por los jóvenes encuestados por este diario. "La vida laboral aquí en Melilla es complicada", reconoció.
Nayira es de Málaga, pero ha venido a la ciudad para pasar un tiempo con su abuela que vive en Melilla. Aunque sea de otra ciudad, asegura conocer el problema del empleo juvenil en la ciudad.
Aunque ella esté trabajando, no cree que sea posible poder comprarse una casa. "Como máximo podría gastarme 100.000 euros", aseguró esta malagueña. El problema, dijo, es que no hay casas por ese precio.
Para poder pagar ese dinero tendría que aportar, reconoció, el 40% de sueldo a una hipoteca de 40 años. "Media vida tendría que estar pagando la casa".
Justo este precio es el que se marca como tope para que los jóvenes de Melilla puedan comprarse una vivienda, según el informe publicado por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud en España.
"El precio máximo que podría pagar son 20.000 euros", bromeó Aziz. Para este melillense es inimaginable poder comprarse una casa, pero si lo hiciera tendría que ser una vivienda de unos 120.000 euros. Esto le supondría una hipoteca, dijo, de su sueldo entero. "Es imposible", dijo.
Es por ello, que ha pensado en mudarse a otra ciudad para poder encontrar mejores oportunidades laborales. "Está claro eso, en Melilla no hay muchas oportunidades".
Este melillense como muchos otros ha pensado alguna vez en irse de la ciudad. El informe del Observatorio de la Juventud muestra que el 16,2% de los jóvenes de la ciudad vive en otra autonomía, siendo junto con Ceuta, las que más jóvenes de entre 16 y 29 años viven en otra región española.
Un buen ejemplo de esta problemática es Salma, de 19 años. "Yo sinceramente no siento que España sea mi sitio". No para trabajar. Esta melillense valora que la calidad de vida de los jóvenes en España es buena, pero que en relación a la educación y el empleo, no es así. Por ello, cuando termine de estudiar la carrera que comenzará este curso, medicina, tiene pensado irse no solo fuera de Melilla sino de España.
Aún así, ella cree que su generación vive mejor que la de sus padres. No es la misma opinión de Dalmiro. Aunque para él lo principal es poder comer, cree que los jóvenes de su generación al igual que los de ahora han tenido problemas, pero distintos.
Este melillense tiene 71 años y cree que los jóvenes de Melilla y del país en general se enfrentan a problemas como la sequía, la Guerra de Ucrania, los precios de las vivienda subiendo y los de los sueldos estancados. "Cada vez está más difícil emanciparse porque se ha juntado todo", comentó.
Ni mejor ni peor. "Los jóvenes viven bien", reconoció Concha. Esta melillense cree que aunque vivan bien, lo que pasa es que tienen unas expectativas de futuro peores que las que han tenido su generación.
Cuando ella era joven, mencionó, la economía iba subiendo y ahora, dijo, a los jóvenes se le ha juntado la crisis de 2008 que se ha ido arrastrando encadenada con la nueva crisis del covid, la Guerra de Ucrania y la crisis climática.
Para ella, esto último es lo que más le preocupa. "Con eso si que lo vais a tener crudo", comentó. Concha piensa que los jóvenes de hoy en día tienen un futuro difícil por el trabajo y la vivienda, para plantearse a tener un futuro de vida y proyectos medianamente estables. Para ello, cree que los sueldos deberían mejorar y que los precios de los alquileres sean más asequibles.
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