Uno de ellos agarró por el cuello a un vigilante de seguridad mientras un familiar suyo instigaba a otros sirios a lanzar piedras contra el control de seguridad. La Guardia Civil tuvo que intervenir.
El último incidente registrado en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) el pasado jueves en el que resultaron detenidos dos ciudadanos sirios, se saldó en la mañana de ayer con una multa de 30 euros para cada uno por una falta de amenazas. Ambos, asistidos de un abogado, se declararon culpables y aceptaron la sanción previamente pactada con el Ministerio Fiscal durante el juicio celebrado en el Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 1. La víctima de la agresión y denunciante, un vigilante de seguridad del CETI, no quedó contento con la resolución, pues según dijo ante la juez: “Me han intentado matar”.
Aseguró que uno de los sirios denunciados le agarró del cuello, mientras que el otro, un familiar suyo, instigaba a otros inmigrantes de su misma nacionalidad a participar en el altercado. Testigos presenciales de los hechos y compañeros del denunciante aseguraron a este diario que un grupo de ciudadanos sirios comenzó a lanzar piedras contra el control de seguridad de la puerta del CETI, donde normalmente trabajan los vigilantes. La Guardia Civil tuvo que intervenir en la refriega protagonizada por los dos sirios detenidos.
El origen del incidente
La causa del incidente fue que uno de los dos sirios detenidos intentó saltarse la cola de espera para entrar al comedor. Teniendo en cuenta que en el CETI residen más de 1.800 inmigrantes, las colas para entrar en el comedor en hora punta son importantes.
Las dificultades y sobrecarga de trabajo que tienen que soportar los empleados del CETI son conocidas. De hecho, El Faro se ha hecho eco frecuentemente de los problemas e incidentes en los que tienen que intervenir y resolver trabajadores de las diferentes áreas y, especialmente, los vigilantes de seguridad.
La intervención de la Benemérita
El trabajador agredido, al ver que el ciudadano sirio intentaba pasar al comedor sin esperar su turno, le sacó de la cola y le llevó a las dependencias de la Oficina de Mediación. Allí, junto con la mediadora, trataron de explicarle que tenía que aguardar su turno para comer. Lejos de entrar en razón, según la declaración del vigilante, el inmigrante sirio comenzó a vociferar. Salió de la oficina y gritando llamó a otros conciudadanos suyos. Empezó entonces un forcejeo con el vigilante de seguridad en el que éste asegura que el sirio le agarró del cuello.
Otros compatriotas acudieron al lugar y comenzó una reyerta en la que tuvo que intervenir la Guardia Civil. Uno de los agentes consiguió reducir a uno de los ciudadanos sirios y junto a él, se llevó a otro más detenido.
Poco antes de comenzar el juicio de faltas, celebrado ayer, el abogado defensor de los dos sirios les informó de la oferta del Ministerio Fiscal, una multa de 30 euros para cada uno por sendas faltas de amenazas. “Queremos contar la verdad de lo que ha pasado”, afirmó uno de ellos. Sin embargo, el letrado les informó que, de celebrarse el juicio y escuchar sus testimonios, la sanción podría ser mayor.
Finalmente, ambos se conformaron con aceptar la acusación y los 30 euros de multa, aunque si no abonan esta cantidad podrían ingresar en prisión.
El vigilante no le pegó una paliza al ciudadano sirio
La aceptación de la acusación por parte de los dos sirios detenidos el pasado jueves tras la refriega con los vigilantes de seguridad, contradice la versión que ofrecieron el día de los hechos otros compatriotas sirios. Una inmigrante del CETI comentó a El Faro que la pelea se originó en el comedor y que un vigilante de seguridad le dio una paliza a uno de los sirios detenidos. Sin embargo, en el juicio quedó claro que la agresión fue a la inversa y fue el vigilante de seguridad el que fue agredido por uno de los sirios detenidos. De hecho, la víctima (el vigilante) aseguró que aún tiene molestias porque su agresor “le agarró por el cuello”.