Hacía 35 años que el padre de Grela Bravo no regresaba a su Melilla natal. El año pasado, y como regalo de su 70 cumpleaños, su familia le dio una sorpresa y viajaron con él todos los hijos y nietos hasta nuestra ciudad. Y a ella, a la que vino muchas veces de pequeña, regresará de nuevo la escritora con “mucha ilusión” el próximo miércoles 7 para hablar de su libro ‘Mujeres que crean’, en el marco de las actividades programadas en torno al día internacional de las féminas. Aunque es psicóloga de formación, se dedica fundamentalmente a contar historias. A veces las escribe, otras las dibuja y en ocasiones las fotografía.
–‘Mujeres que crean’, ¿es más una reivindicación o un homenaje a las mujeres? ¿O las dos cosas?
–Este libro es un homenaje a estas veinticinco y a todas las mujeres que por muchas razones han estado invisibilizadas de uno u otro modo, y a menudo su obra no ha trascendido como merecía. Sin embargo, mi naturaleza es esencialmente reivindicativa; es algo que forma parte de mi personalidad y la manera en la que me relaciono con mi contexto social, en el que por desgracia hay muchos motivos por los que luchar y reivindicar. Aunque este es un proyecto con una vocación más de mostrar que demostrar. Es un premio al talento femenino, en tantas disciplinas, que me han enseñado, influido e inspirado, a mí y a tantas personas.
–El proyecto combina la fotografía y la literatura. ¿Qué enseña cada una de estas parcelas artísticas?
–La fotografía ha sido una herramienta narrativa que he utilizado para contar de una manera distinta, más cercana e íntima, la biografía más humana de estas grandes profesionales. Intenté que la propuesta para el lector también fuera una invitación atractiva a transitar por estas vidas, y despertara las ganas de saber y conocer más de cada una. Espero haberlo logrado. He cuidado forma y fondo con sumo cariño y admiración por ellas.
–No le quiero poner en el compromiso de destacar a una de las 25 mujeres que forman parte del proyecto pero ¿hay alguna de las historias que le haya llamado más la atención?
–Entiendo el aliciente de esta pregunta. De hecho, ¡no ha habido vez que pueda evitarla! [Risas] Creo que todas podrán entender la especial ternura que me ha conmovido Pepita Pardell, cineasta de animación, y la mayor de todas ellas. Su historia me parece fascinante, entrañable, admirable y... ojalá inolvidable. Materializar el proyecto en un libro es cierto que se convirtió en un reto para que precisamente ella pudiera ser testigo vivo de mi homenaje.
–Las mujeres son las grandes olvidadas en los libros de historia, de texto,... ¿Ha empezado esto a cambiar? ¿Tendrán las niñas de hoy más referentes femeninos en los que mirarse?
–Podría decirse que por una conjunción de muchas circuntanscias, estamos en un momento de ‘despertar’ de la conciencia de género, del feminismo y de la necesidad social de reinvindicar el espacio y coprotagonismo de la mujer en todas las esferas. Pero no es menos cierto que esto sigue siendo aún una hormiguita hablando con un elefante. Quiero creer que sí, que empieza a cambiar... pero es tan hondo el verdadero cambio necesario que no sé cuánto llevará alcanzar la verdadera y plena igualdad.
–Sí, se habla mucho de igualdad pero parece que se avanza muy lentamente. ¿Hacia dónde deberíamos caminar?
–Para caminar, el primer requisito imprescindible es la intención de hacerlo. Y no hay intención sin acción. Ni acción sin voluntad. Ni voluntad sin conciencia, antes de saber el dónde debemos levantarnos y empezar...
–Es psicóloga y tiene una carrera multidisciplinar. ¿Cómo se definiría Grela Bravo ante todo?
–¿Ante todo? Yo diría que una es a pesar y por todo. Una suma de tantas cosas... Nunca fui amiga de definiciones en general, para nada, porque me parece que todas siempre acotan, que delimitan y al final se quedan cortas. Me gustaría presentarme como alguien fundamentalmente libre y comprometida. Y en ese binomio cabe o intento que quepa todo lo demás.
–¿Qué le parece que se haya convocado una huelga feminista para el próximo 8 de marzo?
–Me parece que cualquier iniciativa consensuada por un grupo de personas, merece todo el respeto y plena licencia. Las personas debemos celebrarnos. Y también celebrar la oportunidad y el derecho de querer ser y estar. Lo que quiera que sea, dónde quiera que se quiera. Siempre estaré del lado de quien se quiere hacer oír porque no se le escucha. En este caso, del lado de las mujeres, el 8 de marzo también.
–Lleva a sus espaldas siete libros. Ha tratado en su obra la violencia de género, el dolor crónico,… ¿En qué otros proyectos está trabajando actualmente?
–Está a punto de salir (en unos días apenas) mi próximo libro, un poemario. Y estoy escribiendo y trabajando en un ensayo, que será compartido a dos voces con Germán Jurado, también en un formato que esperamos sorprenda e interese por igual.
Igualmente y desde hace años trabajo paralelamente a todos mis proyectos en un libro muy especial, que voy construyendo muy lentamente con toda la intencionalidad, porque su verdadero lector aún tiene que aprender a leer.
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