Muere la madre de los tres niños que fallecieron calcinados en una tienda de plástico en Nador

Happiness Johans, la madre nigeriana de tres niños que murieron al quemarse su tienda de plástico en Nador, fallecía este domingo a última hora de la noche en el hospital de la ciudad marroquí. Allí estana hospitalizada desde el 24 de enero a raíz del incendio que hubo en el refugio que se crearon en lo bosques de Nador.

Ha sido la Asociación Marroquí de Derechos Humanos de Nador (AMDH) quien ha informado sobre ello y aseguran que, en el hospital, la mujer no para de decir que quería morir tras perder a sus pequeños, todos menores de siete años-

En un comunicado, la AMDH explica que la bajada de temperaturas durante el periodo invernal, especialmente en el monte Gurugú, empuja a muchas personas migrantes a encender fuegos para resistir a la estación. Este drama, señalan, pone en evidencia las condiciones tan duras en las que viven los migrantes en los bosques, sin que las autoridades haga nada la respecto después de las numerosas quejas de la asociación.

Además, según explican, los propietarios de Nador tienen prohibido alquilar sus casas a los subsaharianos. La asociación denuncia este hecho, pues es la razón que empuja a muchos a irse a vivir a los bosques de los alrededores de Melilla. "Mientras se prohíba a los inmigrantes alquilar casas en Nador para un alojamiento adecuado, se pueden esperar tales tragedias".

ENASS, un medio digital de Marruecos, ha querido hacer una reflexión sobre lo ocurrido. Cree que hay que lanzar "una reflexión seria y pragmática" para buscar soluciones a la falta de alojamiento a las personas que pasan por Marruecos en su ruta migratoria y que se encuentran en una situación de vulnerabilidad; especialmente aquellas que se encuentran en las zonas fronterizas en el norte, al este y al sur del país y dando prioridad a las mujeres y niños migrantes.

Recalcan que la financiación, tanto la marroquí como la internacional en temas migratorios, debería servir para este tipo de acciones que "podrían salvar vidas". "Solo hace falta canalizar las verdaderas necesidades de las personas exiliadas".