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La procesión de la Pollinica el Domingo de Ramos supondrá el inicio de la Semana Santa. El hermano mayor de la Flagelación cuenta cómo ha evolucionado la misma
Comienza la cuenta atrás para una de las celebraciones más esperadas del año. Este domingo a las 10:00 horas comenzará oficialmente la Semana Santa de Melilla con la procesión de la Pollinica y la Virgen de Gracia y Esperanza. El Faro habla con el hermano mayor de la Flagelación, Francisco Ramos, a la que pertenecen estas imágenes. Forma parte desde hace más de 30 años a esta agrupación. Reconoce que los años “no pasan en balde”, pero que sigue con la misma ilusión desde el primer día que ingresó en la cofradía.
–¿Qué se siente a pocos días del inicio de la Semana Santa?
–Mucha ilusión y nervios. Los nervios están a flor de piel. Siento un cúmulo de emociones que estarán presentes hasta que salgamos el domingo a la calle. Sólo esperamos que podamos volver a casa relajados, sabiendo que hemos cumplido con una estación de penitencia en condiciones. Además, uno está un poco estresado, porque tiene que estar pendiente de muchas cosas. Llevo los bolsillos cargados de notas para no olvidar las gestiones que aún quedan pendientes.
–Pertenece desde hace más de 30 años a la cofradía de la Flagelación. ¿Cómo ha evolucionado la Semana Santa en Melilla?
–La evolución ha sido positiva. Sigue siendo una tradición que tiene mucho seguimiento. De hecho, vemos que gente de entre 40 y 50 años se está sumando a las cofradías. En Melilla tenemos una Semana Santa única e impresionante. Mucha gente de la península se quedaría maravillada y boquiabierta si viniese a verla.
–¿Qué la hace tan especial?
–Tenemos imágenes muy bonitas, tronos como en Málaga y pasos como en Sevilla. Además, contamos con un patrimonio antiquísimo.
–¿No se ha perdido la seriedad?
–No. Creo que la Semana Santa siempre ha sido una celebración rigurosa. Es una acto serio que seguirá presente hasta que los cristianos queramos. Por tanto, la Semana Santa siempre será lo que los cristianos queramos que sea.
–¿Algunas demostraciones de fervor en la calle están mal vistas, el pulso o el grito a un trono?
–Puede haber gente a la que no le guste, pero creo que es algo que no debe sentar mal. En nuestro caso, por ejemplo, este domingo los tronos subirán de forma paralela la cuesta de Juan de Lanuza y se cantará la canción ‘El novio de la muerte’. Lo hacemos cuando ya vamos llegando a nuestra ‘casa’. Eso sí, el Jueves Santo salimos en silencio y no hacemos ninguna levantada.
–¿Qué papel juegan las cofradías para que esta celebración siga teniendo el seguimiento que tiene?
–Es principal, pero creo que no podemos hacer más de lo que hacemos actualmente. Ahora, por ejemplo, estamos llamando uno a uno a nuestros hombres para que recojan sus túnicas. Nos encargamos de todo. Desde la preparación de los bocadillos, la limpieza de enseres hasta la puesta a punto de los tronos.
–¿Hay relevo generacional?
–Sí. Muchos chicos se acercan a la cofradía y nos dicen que les gustaría salir llevando el trono. Pero hace tres años decidimos que sólo podrían convertirse en portadores aquellos que habían cumplido los 17 años. Les obligamos que nos muestren el carné de identidad porque muchos han intentando apuntarse argumentando que los cumplirán en pocos meses. Tenemos que ser estrictos. Cuando les digo que no es posible, se rebotan.
–¿Por qué establecieron esa norma?
–Se nos colaban criaturas de 13 y 14 años, que tras finalizar la estación de penitencia acababan muy cansados. Ese desgaste podía provocar la pérdida de ilusión.
¿Cuántos portadores saldrán esta Semana Santa?
–Hasta ahora se han recogido 170 túnicas. Aún quedan 40 por entregar. Hablamos de 210 portadores. Hasta el sábado por la mañana podrán venir a la casa hermandad para recibir su atuendo.
–¿Ya están montados los tronos?
–Tenemos casi todo preparado. Hoy (por ayer), terminaremos de montar a la Virgen en su trono. También nos faltarían los últimos detalles en los exornos florales. En pocos días, tanto el Cristo como la Virgen estarán listos para la procesión.