La naviera Armas vio hace unos años una oportunidad en el mercado del transporte marítimo y eligió para sus rutas con la península el puerto de Motril como podía haber elegido cualquier otro.
Su apuesta empresarial no estaba centrada exclusivamente en el enclave granadino como lugar de destino para los melillenses que deseaban viajar al otro lado del Mediterráneo. La naviera canaria se lo jugó todo a la carta de la calidad. Ofertó unos barcos y unos servicios que superaban y siguen superando con creces los de Trasmediterránea, en especial si se comparan con los que la actual concesionaria del servicio de navegación marítima ha venido ofreciendo en su ruta con Almería.
Como complemento a la calidad del servicio de a bordo, Armas incluyó en el precio del billete los traslados hasta la capital malagueña, una prueba más de que Motril, por sí mismo, no es un destino atractivo para los melillenses. Únicamente es un lugar de paso en nuestros desplazamientos hacia Almería y, en especial, hacia Málaga.
Así ha sido hasta ahora y a partir de la puesta en funcionamiento del nuevo contrato marítimo dejará de serlo, lo que, sin duda, es una buena noticia para los melillenses, aunque a los motrileños les cueste creerlo. En realidad, nadie se complace de la más que probable desaparición de la línea de Armas. El motivo de nuestra satisfacción está en que los barcos que hagan a partir de ahora las rutas con Málaga y Almería van a ofrecer un servicio de similar calidad que el que hasta este momento sólo podíamos encontrar en los buques de la naviera canaria. En consecuencia, los viajes a Motril empezarán a perder sentido, tanto si las otras líneas con la península están subvencionadas como si no. Paradójicamente, el puerto granadino está llamado a desaparecer por el mismo motivo que justificó su ‘nacimiento’: Armas hizo posible el auge de Motril gracias a su apuesta por la calidad en el viaje. Hoy las leyes de la oferta y la demanda obligan a trasladar esa apuesta por la calidad a los viajes a Málaga y Almería, tanto si esas líneas están subvencionadas como si quedan bajo las leyes del mercado, disponibles para quien ofrezca las mejores condiciones. El atractivo de las dos capitales andaluzas, en especial la de la Costa del Sol, está en que tienen un número de potenciales viajeros muy superior al del enclave granadino.
Los ‘éxitos’ de la Plataforma de Motril, consistentes sólo en retrasar lo inevitable, difícilmente impedirán que se adjudique el contrato de navegación marítima excluyendo ese puerto, que es el que menor interés tiene por sí mismo para los melillenes.
Por otra parte, en el hipotético, remoto y muy improbable caso de que Málaga y Almería dejarán de ser líneas de interés público, las navieras pondrían en estas dos ciudades sus ojos porque ofrecen más posibilidades de negocio que Motril, siempre que se iguale la calidad del servicio de los barcos que realizan el trayecto con la ciudad granadina.
La situación de Motril, en la que todas sus posibles opciones acaban en derrota, es la que en ajedrez se conoce como ‘jaque mate’ y pone fin a la partida. En esta ocasión, todo apunta a que irremediablemente los perdedores serán los granadinos, a pesar de sus continuos ‘enrocamientos’ ante distintos órganos judiciales, un movimiento que, por otra parte, no es lícito en el juego del ajedrez cuando el rey está directamente amenazado.
La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…
En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…
De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…
Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…
Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…