El piloto melillense se enfrentará con su quads a los mejores del Mundo que se darán cita en los 800 kilómetros de esta competición zaragozana.
El piloto de la escuadra melillense Delfi Sport Diego Ortega, competirá con su quad Yamaha Raptor 700 en una de las pruebas internacionales más espectaculares y con mejor participación que celebra temporada tras temporada, la Baja Aragón 2016, teniendo una oportunidad de oro para quitarse la espina que le dejó la retirada por accidente del pasado Merzouga Rally. La Baja Aragón, que se disputa desde hoy y hasta el próximo sábado, siendo el escenario perfecto para que el melillense demuestre que tiene un hueco por méritos propios entre los mejores pilotos internacionales, como ha demostrado con creces en cada una de las competiciones a las cuales acude con asiduidad.
El piloto de nuestra ciudad, a los mandos de su quad Yamaha Raptor 700, se enfrentará a 800 kilómetros desérticos por los páramos de Teruel y a grandes rivales, puesto que esta carrera es puntuable para la Copa del Mundo de Bajas de la Federación Internacional.
A esto hay que añadir el escaparate que tendrá Ortega delante. La Baja Aragón es vista en más de 50 países, con una audiencia que supera los seis millones de espectadores. Por algo está a punto de disputarse su trigésimo tercera edición. La organización asegura, por ejemplo, que tiene un impacto directo en Teruel de 13 millones de euros.
Diego Ortega, aunque no hace falta recordarlo, ha sido campeón del Merzouga Rally en las ediciones de 2014 y 2015, pero este año tuvo que abandonar en la etapa maratoniana a causa de los dolores que arrastraba tras un accidente sufrido el día anterior. Pero de nuevo estaba entre los candidatos al título, siendo incluso el hombre a batir. Por lo que su participación en la Baja Aragón, evidentemente, no será de trámite y aspirará una vez más al podio.
Tendrá que vérselas, por ejemplo, con pilotos de KTM, Yamaha, Gas Gas o Suzuki, como Gerard Farrés, Marc Guasch, Julio López o Marc Sola, e incluso la mediática Laia Sanz. El espectáculo, por tanto, está servido y sólo hay que esperar hasta mañana para verse en la salida.