Una de las máquinas que marcó la moda entre los modelos deportivos de su tiempo fue la BSA Blue Star, una moto que se hizo conocida allá por los años 30 por su fiabilidad y manejo. En Museo del Automóvil de Melilla posee una de estas joyas del motor, una Blue Star modelo R33-5, que se convierte en este mes de noviembre en la muestra de los Museos de Melilla.
Los amantes del motor de Melilla podrán visitar esta joya histórica en el Museo Arqueológico de Melilla. Para este mes cuentan con una colaboración especial con el Museo del Automóvil. El director de los Museos de Melilla, Francisco Alfaya, ha querido agradecer a Miguel Ángel Hernández González, el fundador del Museo del Automóvil, todas las facilidades que ha puesto para que sea posible tener como muestra esta moto, que cumple ya 87 años.
Por su años esta moto ya llegado a conocer tres sistemas de Gobernanza en España. La Blue Star se matriculó en 1934, lo que nos sitúa en la República, después, a partir de 1941 la moto tuvo hasta cuatro propietarios hasta 1973, que fue comprada por un melillense llamado José Nieto, un antiguo guardia municipal motorizado, que quiso restaurarla.
En 1973 la moto se encontraba en muy mal estado y Nieto, a través de sus contactos en Inglaterra y "la gran paciencia que tiene" consiguió ponerla de nuevo en marcha. Ya en el 2000, José Nieto quiso que Miguel Ángel Hernández la comprara y la custodiara.
Hernández participó con la moto en marzo del 2000 con motivo del Trofeo de las Fiestas de Invierno de Málaga, donde hay una gran tradición de carreras motociclistas. Al evento acudieron participantes de otros países y se llegó a hacer un reportaje específico de esta BSA Blue Star en un periódico local. Hernández quedó segundo, por detrás de un inglés con una Peugeot de 1927. "Digamos que esta fue una de las últimas hazañas de esta moto", comenta.
Una moto histórica
Hernández ha explicado que esta moto es una BSA de 1934, modelo Blue Star, y son 350 cl los que tiene, con un solo cilindro y dos salidas de escape. Tiene cuatro marchas, pero Hernández explica, que la caja de cambios no va incluida en el motor. "También podemos ver que no tiene amortiguación trasera, con lo cual, cuando uno va en carretera y pilla un bache, si lleva un pasajero, que se agarre los empastes y al conductor", explica Hernández bromeando.
Durante el encuentro, Hernández ha puesto en valor la antigua figura del chofer, que era además del conductor era un mecánico "una persona que conocía el vehículo a la perfección". Por la complejidad del funcionamiento de la moto, en comparación con las actuales, Hernández ha explicado que "era mucho más divertido" conducirlas. "Las motos de ahora te llevan a ti, antes lo llevaba el chofer", ha concluido.
Los amantes del motor de Melilla podrán visitar este mes esta pieza histórica, que cumple este año 87 años, en la pinacoteca de Melilla la Vieja