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Motivos para visitar Melilla

Melilla busca en el Turismo uno de los pilares en los que apoyar su desarrollo económico. Algunas de las peculiaridades de nuestra ciudad que han marcado su carácter a lo largo de los siglos pueden convertirse ahora en un atractivo para los visitantes. La situación geográfica de Melilla, su tradicional aislamiento de la península y la necesidad de defendernos de unos vecinos ‘poco amistosos’ nos han obligado durante años a dotarnos de unas infraestructuras defensivas sólidas que han permanecido en pie hasta nuestros días. Hoy están en desuso porque en la actualidad son totalmente ineficaces para el objetivo que fueron construidas. Sin embargo, ahora pueden volver a ser útiles tras décadas de abandono. Los Fuertes de Victoria Grande, Victoria Chica y del Baluarte del Rosario están siendo ‘resucitados’ con un objetivo totalmente contrario al que motivó su construcción. Ahora, lejos de repeler a los extraños, pretenden convertirse en un imán turístico que contribuya a traer visitantes a nuestra ciudad.
Aún falta tiempo para que estas construcciones puedan ser visitables junto con todo el entramado de túneles y pasadizos que las unen entre sí y las comunican con distintos puntos de la ciudad. Cuando queden definitivamente abiertas al público, serán un interesante atractivo turístico difícil de encontrar en otros puntos del país. Se convertirán así en otro argumento para visitar nuestra ciudad entre quienes optan por emplear su tiempo de ocio en el denominado turismo cultural, un sector complementario del tradicional que cada vez tiene más peso.
El Faro informa hoy a sus lectores del patrimonio histórico que esconde el subsuelo de estas fortalezas, las historias que guardan los muros de estas infraestructuras defensivas y los proyectos en marcha para su recuperación como patrimonio de todos los melillenses.
La mirada respetuosa a nuestro pasado permite redescubrir algunos capítulos de nuestra historia que, además de recordarnos de dónde venimos, pueden sugerirnos algunos caminos por donde encarrilar nuestro futuro. Ocurre así con estos fuertes, que después de permanecer largo tiempo en el olvido, pueden volver desempeñar un importante papel en nuestra ciudad. Tal vez no lleguen a ser determinantes como hace años, cuando resultaron vitales para la supervivencia de Melilla. Sin embargo, tal vez dentro de unos años tampoco se entienda nuestra historia reciente sin girar la cabeza para echar un vistazo a sus muros centenarios.

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