Vecinos se quejan de ruidos, balonazos y peleas que se registran a diario en la pista deportiva que está junto a la cárcel l Seguridad Ciudadana promete más vigilancia. Casas con rejas en las ventanas, pintadas en las paredes, vallas arrancadas, grietas en las paredes, la cárcel, el helipuerto, el repetidor, la incineradora, los ruidos... “El barrio Monte María Cristina ha ido a peor con los años”, comenta a El Faro un vecino que ha recurrido a este periódico “porque es nuestra última esperanza. Ya no nos queda nada que hacer”.
Mohamed (nombre ficticio) es padre de familia y nació en el Monte María Cristina. Heredó de su padre una casa que con el tiempo se ha quedado a la vera de la cárcel de Melilla. Por eso mantiene puertas y ventanas cerradas a cal y canto: Para evitar que el polvo de la obra de ampliación de la calle Río Bidasoa se le cuele por las ventanas, para no ver a los delincuentes que sobre las 16:30 horas lanzan droga desde las cercanías de su vivienda al patio de la prisión, para no escuchar los balonazos que desde las cuatro de la tarde y hasta pasada la una de la madrugada se escuchan en la pista deportiva que hay en un lateral del centro penitenciario; para no presenciar las peleas de perros o las discusiones de los chavales que tienen mal perder en el fútbol. “Esto es un barrio muerto”, comenta a El Faro mientras muestra los innumerables escritos que desde 2010 viene enviando a la Ciudad Autónoma.
El pasado domingo tuvo lugar un incidente que ha colmado la paciencia vecinal. Ocurrió sobre las seis de la tarde. Como de costumbre, los chavales que juegan al fútbol en el campo improvisado junto a la cárcel terminaron estampando balones en la puerta y el coche de un vecino. Hartos de que la situación se repita, una y otra vez sin que pase nada, los afectados llamaron a la Policía, que acudió a la calle Guadalhorce.
“Todos los chavales echaron a correr y sólo se quedaron los más chulitos, que fueron identificados por los agentes”, comenta otro vecino del barrio, que ha tenido que poner una reja en la ventana de la habitación de su hija pequeña por temor a que un balón se cuele y se empotre en la cuna.
El consejero de Seguridad Ciudadana, Javier Calderón, confirmó este punto ayer a El Faro. “Los agentes fueron al barrio e identificaron aun grupo de chavales. También informaron a los vecinos de cómo interponer una denuncia en la Policía Local. Ninguno ha denunciado nada, pero vamos a intensificar la vigilancia como hacemos siempre”.
También se quejan los vecinos del Monte María Cristina de que la Policía no hace nada para evitar los lanzamientos de droga hacia el patio de la cárcel. “Mira, (comenta un vecino a El Faro) aquel coche que está allí es el de la secreta. Todos en el barrio lo sabemos. No cogen a los que lanzan drogas a la prisión, porque vienen a vigilar la calle por las mañanas. Si quisieran, los cogían. Si no hay gente en el patio de la cárcel hasta la tarde, cómo quieren que les lancen algo a los internos. Si lo lanzaran por las mañanas, lo cogerían los funcionarios”, razona ante El Faro.
Y no es la única pega que tienen los vecinos. Han solicitado una entrevista con el director de la cárcel para pedirle explicaciones sobre los focos que se encienden para dar luz a los chavales que juegan al fútbol en la pista improvisada. “Los chicos le piden al funcionario que está en la garita de la prisión que encienda los focos para poder jugar y ellos lo encienden”, aseguran los vecinos a este periódico.
Este punto lo desmiente el director de la prisión, Francisco Rebollo, que ayer aseguró ayer que los focos están programados automáticamente, para velar por la seguridad del centro penitenciario y que ningún funcionario puede modificar su encendido.
Hay que recordar que el consejero de Fomento, Miguel Marín, adelantó a El Faro que la Ciudad Autónoma tiene previsto adecentar la pista deportiva del Monte María Cristina, después de que el proyecto de hacer un campo de fútbol junto a la cárcel fuera desechado por Instituciones Penitenciarias por problemas de “seguridad”. “A ver si lo hacen porque los chavales han montado la pista deportiva con trozos de valla robadas y puestas de cualquier manera. Un día de estos ocurrirá una desgracia”, concluye Mohamed.
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