Acerca de esta próxima campaña el último fichaje expresó su deseo de “seguir con el trabajo que aporté el año pasado y recuperar las sensaciones de tener un papel algo más protagonista”.
Miguel Montañana, nuevo jugador del Melilla Baloncesto realizó sus primeras declaraciones desde su Valencia natal, donde ya ha comenzado a prepararse de cara al inminente comienzo de la pretemporada.
Para el pívot jugar en una plaza como Melilla, “era una oferta que deportivamente no podía rechazar”. De ahí que se congratulara de poder vestir la camiseta del Melilla Baloncesto, y es que a pesar de tener varias opciones sobre la mesa, el proyecto del club que preside Jaime Auday “era la que más me seducía”.
La pasada campaña el deportista valenciano vivió una gran temporada en el plano colectivo dentro de las filas del ViveMenorca, aunque en lo personal, no dispuso de tantas oportunidades como le hubiera gustado tener. Sobre su experiencia menorquina relataba “el año pasado estaba en un equipo con muy buenos jugadores interiores y mi papel allí, era bastante más secundario de lo que estaba habituado”.
Esta situación no desanimó al jugador, sino todo lo contrario, “esto hizo que desde el primer entrenamiento, me esforzara al máximo y a final de temporada tuve la suerte de ver los frutos de ese trabajo jugando muchos más minutos en los playoffs de lo que lo había hecho en la liga regular”. Y es que el propio jugador se define como “un jugador de equipo”.
Acerca de esta próxima campaña en la que estará enrolado en las filas del equipo que dirige Gonzalo García de Vitoria expresaba su deseo de “seguir con el trabajo que aporté el año pasado y recuperar las sensaciones de tener un papel algo más protagonista”, ya que “por mi filosofía me considero un luchador, con un rol defensivo importante en todos los equipos que he jugado y que espero seguir desarrollando eso esta temporada en Melilla”.
Aunque el de la ciudad del Turia no ha coincidido con ninguno de los actuales miembros de la plantilla, si afirmaba conocer muy bien al base madrileño ‘Pitu’ Jiménez con el que dijo que “me he enfrentado en numerosas ocasiones tanto en LEB como en LEB-2”.
Muchas han sido las temporada que Montañana ha disputado la Adecco Oro, y por ello aseguraba que “posiblemente Melilla Baloncesto sea el equipo contra el que más veces he jugado en mi carrera deportiva y he de decir que siempre he realizado buenos partidos en ese pabellón”.
De hecho el ‘center’ hace tres temporadas daba la victoria a su equipo ante el conjunto decano, al anotar dos tiros libres al final del partido. Por ello espera que “esas buenas sensaciones que tenido siempre que he jugado allí, se repitan a lo largo de este año”.
En lo que si se mostraba tajante era a la ahora afirmar que viene a Melilla para “aportar todo lo que tengo dentro en cada partido y en cada entrenamiento”.
Para finalizar y sobre la que será su nueva ciudad, Melilla, declaraba “es una ciudad que me ha gustado mucho las veces que he venido, y aunque al principio me costó un poco la decisión de venir a jugar aquí, sobre todo por el tema familiar, si que cuando he venido a Melilla me ha parecido una gran ciudad “, añadiendo a continuación “además tengo muy buena referencias de compañeros que he tenido y han jugado aquí otras temporadas, por lo que estoy seguro, de que va a ser un gran año tanto para la ciudad, como para el equipo y para mi mismo”.
La última incorporación del Melilla Baloncesto junto al resto de sus compañeros comenzará la pretemporada bajo las órdenes de Gonzalo García de Vitoria el próximo lunes.
Con el fichaje de este pívot el decano de la LEB cierra así la pintura y sólo tiene que buscar a los tres jugadores que les faltan para cerrar la plantilla de cara a la temporada 2010-2011.
Sin duda alguna Miguel Montañana llega a Melilla con las ideas claras y a buen seguro que luchará al máximo en cada sesión de entrenamiento y en los partidos para ayudar en la mayoría de lo posible al equipo de la ciudad autónoma para lograr grandes logros, cosa que consiguió la pasada campaña con el Vive Menorca al ser finalista de la Copa Príncipe y proclamarse campeón del play-off de ascenso a la ACB.