El consejero de Salud Pública, Mohamed Mohand Mohamed, propone eliminar el uso de mascarillas a mitad del próximo mes de julio en Melilla, si la situación de la pandemia acompaña.
Lejos de ser una locura, Mohand está sirviendo de altavoz a los miles y miles de ciudadanos de este país que no entendemos que se pueda estar sentado sin mascarilla en la terraza de un bar, pero esté prohibido pasear por la calle o por el campo, al aire libre, sin despojarnos de la protección pese a las altas temperaturas, el sudor, las manos que van a la cara, etcétera.
Sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con el consejero y, además, aplaudo la valentía de que Melilla se abstuviera en la votación para implementar nuevas restricciones aprobadas el miércoles en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Sinceramente es difícil entender un endurecimiento de las medidas asociadas a los niveles de alerta establecidos en tiempos COVID justo cuando la situación epidemiológica mejora en nuestro país. Hasta nosotros, que durante meses hemos sido el farolillo rojo de España, notamos un alivio y hemos registrado un descenso de los contagios hasta quedarnos en 215 casos activos.
Estoy convencida de que Melilla, en esta ocasión, representó el sentir de los ciudadanos, a riesgo de alinearse con la oposición frontal de comunidades gobernadas por PP e independentistas. Pero es lo que tiene ser fiel a quienes te votan más que a las siglas que representas.
Volviendo a la propuesta de Mohand de mascarillas fuera, si la suerte nos acompaña, vamos a reconocer que es atrevida, teniendo en cuenta que fue su partido el que nos tiró a los pies de los caballos, cuando al finalizar el estado de alarma este 9 de mayo, decidió dejar las restricciones en manos de las comunidades autónomas que, como la práctica ha demostrado, no tienen instrumentos jurídicos que les permitan limitar derechos y libertades fundamentales garantizados en nuestra Constitución.
Según dijeron desde Moncloa en ese momento, con la vacunación bastante avanzada, no había nada que temer. Sin embargo, esta semana esa misma Moncloa nos sale con que vamos a cerrar las discotecas a las 3:00 am (como máximo) y sólo se permitirán hasta 10 personas por mesa en los restaurantes.
Aquí el BOME anunció que los bares podrán abrir hasta las doce y media de la madrugada (con hasta ocho comensales por mesa) y el ocio nocturno y las comidas para llevar hasta las 2.00 am.
Ya me gusta menos eso de que no se puede poner la música alta en los locales de Puerto Noray. A ver si ahora nos van a tener que repartir auriculares a la entrada de las discotecas. ¿Eso qué tiene que ver con la pandemia?
Si usted no va a permitir que la gente baile o escuche música como se ha escuchado siempre, sencillamente no abra los locales. Pero si los abre, no tiene mucho sentido restringir la esencia de ese tipo de ocio.
Me pregunto, ¿qué pasó para que el Gobierno de España decidiera cambiar de parecer? Imposible adivinarlo. Esta decisión nos dejó fuera de juego.
Por elucubrar, puede que Pedro Sánchez necesite curarse en salud porque no se puede arriesgar a que no se cumpla su compromiso de vacunar al 70% de la población y alcanzar la inmunidad de rebaño este verano.
Si a ese reproche se le suma que no amplió el estado de alarma y España y los líderes de opinión deciden ponerse de acuerdo para decir que por ese motivo nos metemos de cabeza en una nueva ola de la pandemia, apaga y vámonos.
En Melilla tenemos que reconocer que en estos momentos hay cosas que se están haciendo muy bien. Vamos a la cabeza de España en vacunación. Cuando aquí empezamos a vacunar a las personas que están entre los 40 y los 49 años, todavía ni se estaba hablando del tema en otras autonomías. Hay algunas que incluso empezarán a inmunizar a ese tramo de edad a finales de la semana que viene.
Y no sólo eso. Desde Salud Pública se ofrece un test de antígenos gratis a quien salga de Melilla, con lo que se garantiza que no abandonamos la ciudad contagiados. Eso tampoco pasa por ahí y entiendo que es una medida que llega tarde, pero es válida. Si esto se hubiera hecho desde julio del año pasado igual habríamos gastado más dinero en prevención que en cura. Quizás hubiéramos podido ayudar a controlar la expansión del virus por España.
Es un poco absurdo controlar con test de antígenos a quienes arriban a la ciudad si luego permitimos que nuestra gente salga sin control. Al final vivimos todos en el mismo país. De esto tenemos que salir todos juntos. Pero no vamos a soltar ahora reproches por algo que se está haciendo bien aunque nos costará lo suyo.
En fin, creo que Mohand vuelve a controlar la situación. Le ha costado, pero lo ha conseguido.
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