Cuando todo el mundo daba por hecho que Mohamed Said Mohamed era un yihadista, Ana Hidalgo, su abogada, aseguró a El Faro que contra su defendido no había “nada de nada”. Dos años y medio después ha conseguido que el melillense, hermano del terrorista que se hacía llamar Abu Al Nur Andalusí, muerto en Malí hace poco más de un año, salga absuelto por falta de pruebas.
–Acaba de conseguir la absolución por falta de pruebas de Mohamed Said Mohamed, acusado de liderar una célula yihadista entre Melilla y Nador. ¿Cree que se ha hecho justicia? ¿Se siente satisfecha? ¿Qué retos le planteó este procesamiento?
–Sí, yo siempre dije que en el procedimiento español no había, desde mi punto de vista, pruebas para condenarle. Así que en este sentido sí creo que se ha hecho justicia, porque se le ha absuelto.
Pero podría haberse hecho de una forma más rápida, la justicia para ser justicia debe de ser lo más rápida posible. En general, me siento satisfecha, pero si este resultado se hubiera obtenido después de un año de prisión preventiva, en vez de después de dos y medio, creo que sería más justo.
Hay que tener en cuenta, además, que ante una acusación tan grave como la de pertenencia a una organización terrorista, la prisión preventiva es más dura, porque, normalmente, implica una situación de aislamiento y de más control, en visitas, comunicaciones, etcétera.
Este procesamiento ha tenido una peculiaridad que lo diferencia de los que normalmente se están iniciando por los mismos motivos y es que aquí, tanto la detención como la acusación, realmente, se sustentaban únicamente en informaciones provenientes de Marruecos. Así, de cara al juicio la principal problemática giró en torno a la validez de las declaraciones que había en relación a Mohamed. En este caso, se nos habían trasladado unas copias de unas supuestas declaraciones de otros detenidos en Marruecos, que, se decía, formaban parte de una misma célula.
Tras múltiples gestiones con Marruecos, no hubo manera de contrastar, de forma legal en España, dichas declaraciones, que de ser ciertas, no se habrían producido ante ningún magistrado y sobre todo no habrían contado con la presencia del abogado de Mohamed, para poder cumplir algo básico en nuestro procedimiento penal, que es el “principio de contradicción”, esto es, la posibilidad de que la defensa de la persona a la que se acusa pueda interrogar a los testigos que lo hacen.
En conclusión que el Tribunal español, como no podía ser de otra manera, absolvió a Mohamed.
–¿La Administración indemnizará a Mohamed Said Mohamed por los más de 2 años preso?
–Respecto a si indemnizarán a Mohamed por los años de prisión, la respuesta no es clara, pues en nuestro país se establece una responsabilidad patrimonial de la Administración de Justicia, pero solo se tiene un derecho claro cuando después de haber permanecido en prisión acusado de un delito, no solo se obtiene una sentencia absolutoria por falta de pruebas, sino que es preciso que el hecho delictivo no haya ocurrido.
Este es un concepto complejo, y en el caso de Mohamed habría que llevar a cabo un procedimiento para que se declarara lo que se denomina “error de la Administración de Justicia”. Ni es automático, ni es fácil.
–¿Cree que la causa se abrió en España a petición de Marruecos sin pruebas?¿Fue irresponsable la Policía al ordenar la detención de una persona sólo porque lo pedía Marruecos?
–Indudablemente la causa se abrió en España por una petición de Marruecos, que inicialmente, incluso pidió la entrega de Mohamed para ser juzgado, cosa que no se pudo llevar a cabo porque Mohamed es español, y por tanto debía ser juzgado aquí, con las pruebas que pudieran acumularse en su contra.
La Policía, en un principio, ante la información recibida de Marruecos, lo puso en conocimiento de los Juzgados de la Audiencia Nacional y se procedió a su detención y al registro de su domicilio. Además, inmediatamente Marruecos cursó una orden de detención internacional, con lo que, en base a un tema de cooperación jurídica entre países, éste debió ser detenido. En cualquier caso, la Policía, una vez que existe una orden de detención de otro país, debe ejecutarla. Son los tribunales los que después deben de decidir acerca de si esta detención se convierte en prisión o, por el contrario, en libertad.
Otra cosa distinta, como ya apuntaba antes, es el tratamiento y la rapidez con que, desde mi punto de vista, debieron ser revisadas y contrastadas las acusaciones del país vecino, dado que aquí no existía investigación alguna contra él.
–¿Lo que ha ocurrido con Mohamed Said Mohamed puede pasar con otros detenidos actualmente por yihadismo? ¿Nos puede pasar a cualquiera?
–Lo que ha pasado a Mohamed puede pasarle a cualquiera, en la medida en que desde otro país se lance una acusación contra cualquier persona. Si va seguida de una orden de detención, inicialmente se debe cumplir esta medida, pero es ahí donde deben intervenir rápidamente nuestros tribunales para decidir de qué manera continuar ese procedimiento.
Lo que en mi opinión ha empeorado este caso en concreto es el hecho de que, efectivamente, las acusaciones de pertenencia a células terroristas producen más alarma policial y judicial, y además, al tratarse de una persona con un familiar directo, al parecer, muy implicado en actividades yihadistas, influyó más a la hora de pensar que las acusaciones de Marruecos pudieran ser más ciertas.
–¿Qué pasa si ahora Mohamed Said, tras su paso por la cárcel, se radicaliza? ¿Se sentiría responsable de haber conseguido su puesta en libertad?
–De ninguna manera. Cada uno es libre de elegir su destino. Si Mohamed en 15 días o en dos años se radicalizara no me sentiría responsable. Yo sólo he jugado un papel en esta historia, que es la de defender la legalidad y la de mantener que no puede condenarse a nadie si no hay pruebas de que haya cometido un delito.
Normalmente, yo ni siquiera utilizo, cuando me refiero a mis clientes, el concepto de “inocente”, no es mi función, yo no les juzgo, me limito al estudio de las posibles pruebas que haya en el caso.
Recordemos que lo fundamental, afortunadamente, en nuestro país, es la presunción de inocencia. Aquí no había pruebas de que Mohamed formara parte de ninguna célula yihadista, ni de que tuviera ideología cercana a ese movimiento, y mucho menos de que fuera jefe de un grupo, cuyos miembros se encontraban en Marruecos, y por tanto había que absolverle.
–Usted ha conseguido dos victorias judiciales importantes en muy poco tiempo: el caso Leila Escofet (la joven acusada de matar a su bebé una Navidad en Melilla) y ahora el de Mohamed Said Mohamed. También ha reconocido que ha aceptado casos que suponían un reto, como el de acusados de yihadismo, a sabiendas de que los familiares no podrían pagar un buen abogado para un tema tan complejo. ¿Trabaja por amor al arte?
–Ja,ja,ja. Bueno, en primer lugar gracias por lo de los éxitos. En cuanto a lo de trabajar por “amor al arte” , la verdad es que me gustaría, porque, ciertamente disfruto mucho con mi trabajo (y si gano más....) y la triste realidad es que tengo que cobrar, aunque muchas veces me dejo llevar por la pasión y creo que no cobro lo que vale.
–¿Qué falla en el sistema judicial español para que se den casos como el de Mohamed Said Mohamed?
– Bueno, creo que el sistema judicial, al final, funciona, pero es lento y se tiende, en muchos casos a hacer una cierta presunción de culpabilidad inicial. En mi opinión los jueces tienen que cuidar mucho este aspecto y la Policía tiene que acordarse de que ellos no juzgan, o sea que su función no es decidir si alguien es culpable o no.
–¿Cree que se ha criminalizado a la población musulmana con detenciones de yihadismo en España y especialmente en la ciudad de Melilla?
– En cierta medida sí. Es cierto que el yihadismo, como cualquier “ismo”, da miedo, produce mucha prevención y eso influye en todo el mundo, los políticos, las Fuerzas de Seguridad y la gente en general. Estamos, en la actualidad, criminalizando a los musulmanes identificándolos con los terroristas islámicos.
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