Sucesos y Seguridad

“Mis niños no quieren dormir en casa desde que vino la Policía”

  • FaroTV entrevista a Hayy Mimon, el hombre en cuya casa irrumpió por equivocación la Policía Nacional buscando a un delincuente. “Me gritaban: no te muevas, échate al suelo”

La rutina tranquila de Hayy Mimon dio un vuelco la madrugada del pasado miércoles. Fue entonces cuando le sobresaltó la irrupción de agentes de la Policía Nacional en su vivienda, en el barrio de La Cañada. Los efectivos pensaban que estaban entrando en la casa de un delincuente al que buscaban, pero se encontraron con un hombre apacible que se despertó en mitad de la noche al escuchar los gritos de pánico de sus hijos, quienes jamás habrían pensado que algo así podría ocurrirles.

Fuentes del Cuerpo emitieron un comunicado el pasado jueves en el que reconocían la equivocación cometida, algo que achacaron a un error en la “numeración de la calle”, como publicó El Faro en su edición de ayer.

Máxima tensión

Este periódico ha conseguido contactar con Hayy Mimon, quien recibe a los periodistas en el Cementerio Musulmán, donde trabaja “desde hace 25 años”. La víctima de este error policial relata cómo vivió aquellos minutos de máxima tensión.

“Eran las cuatro y media de la madrugada. Yo entonces estaba dormido y escuché a mis niños y a mi madre llorando”.

Mimon se levantó y gritó “¿qué pasa aquí?”. De repente, se topó con un agente que lo apuntaba con un arma.

“Me dijo: quédate ahí, no te muevas, échate al suelo”, recuerda el perjudicado. “Luego me puso la cadena (se refiere a las esposas) y estuve así por lo menos diez minutos”.

Padre de cinco hijos

Hayy Mimon está casado y tiene cinco hijos. Cuando las fuerzas del orden irrumpieron en su domicilio, había cinco personas en casa. Además de él, estaba su hija mayor, de 21 años, y también dos pequeños de siete y 11 años, respectivamente. También se encontraba la madre del cabeza de familia, pero no la esposa de éste, quien llevaba varios días en el hospital recuperándose de una intervención quirúrgica.

“A mi niño de 11 años le dijeron: quédate en el suelo tú también”, lamenta Mimon. Pero los agentes comprendieron que no iban a encontrar en esa vivienda a quien estaban buscando. “Vino un jefe y dijo (al agente que lo custodiaba): ¡suéltalo, suéltalo, es un error!”.

El edificio en el que vive esta familia tiene tres plantas. Mimon se hallaba en la más alta. “Bajé y me encontré a mis niños y a mi madre llorando”.

El afectado por este error policial afirma que los agentes destrozaron “cinco puertas” durante el registro. Aparte de la correspondiente a la entrada de la vivienda, dañaron otras cuatro interiores. “Yo les decía que no las rompieran, que les dejaba las llaves, pero no me hicieron caso”, evoca.

“¿Dónde está Hassan?”

El policía que ordenó a Mimon echarse al suelo le preguntaba a voces “¿dónde está Hassan?”, recuerda. “Yo no conozco a Hassan”, respondió él aterrado.

Cuando los agentes fueron conscientes de la equivocación cometida, uno de ellos se dirigió a este padre de familia y le pidió “perdón”. “Ha sido un error”, le dijo. Según Mimon, añadió: “Si quieres reclamar daños, vete al juzgado número 2 y echas una denuncia”.

El afectado no recuerda el número exacto de efectivos que entraron en su casa, pero calcula que “unos 10 o 15”. “Entraron hasta la azotea”, señala.

El caso está ahora en manos de su abogado, quien ha presentado la correspondiente denuncia por los daños recibidos en la casa. Sin embargo, en estos tres días todavía no se ha llevado a cabo reparación alguna y las puertas dañadas continúan igual que como quedaron tras aquella madrugada de gritos y pánico.

“Las puertas siguen igual. Si vienen ladrones, entran. Todavía no han arreglado nada”, afirma Mimon, quien, pese a la situación traumática que ha sufrido, mantiene la calma al conversar.

La rutina de esta familia no puede ser normal tras lo ocurrido. Las escenas de violencia presenciadas por los pequeños los han afectado hasta tal punto que temen pasar las noches en su hogar. “Se van a dormir a casa de la abuela, que vive muy cerca de nosotros”.

Tres días sin ir al colegio

El nerviosismo que padecen los hijos menores de Mimon queda patente en otros hechos. Por ejemplo, desde lo ocurrido, “no han vuelto a ir al colegio”. Asimismo, por las noches “se orinan en la cama”, relata su padre.

Como ya se ha apuntado, la esposa de Hayy Mimon no estaba en casa la noche de autos, puesto que recientemente ha sido operada de un quiste y permanece ingresada en el Comarcal. Por este motivo, tampoco se encontraba en el domicilio otro de los hijos del matrimonio, que tiene 15 años y acompañaba a su madre.

“Ella no sabe lo que nos ha pasado”, cuenta Mimon, quien no quiere que una mala noticia como ésta pueda afectar a su recuperación. Por ello, esperará al momento adecuado para hacerle saber lo ocurrido.

Preocupación

El perjudicado por este error policial afirma que tiene “miedo” de que pueda volver a sucederle algo parecido. “Estoy todo el tiempo pensando en eso. Vengo al trabajo y pienso en mis niños y en que mi mujer está en el hospital”. Y recalca que los pequeños no quieren volver a la casa donde sufrieron una experiencia tan desgarradora. “Fui a buscar a uno de ellos a casa de mi madre y no quería venir”, lamenta. Pero el hecho de pernoctar en el domicilio de la abuela tampoco consigue calmarlos. “Se despiertan por la noche, tienen miedo”.

“Todos me conocen”

Mimon desea saber a qué se debió el error que llevó a los policías a su casa en lugar de a la del individuo que buscaban. “¿Para qué está el Gobierno? No saben dónde vive la gente?”, pregunta. “Llevo 25 años trabajando en el cementerio, todos me conocen. Estoy empadronado en mi casa, que miren el padrón, quién vive ahí y quién no”, sentencia.

Ahora, este padre de cinco hijos sólo reclama que se le haga justicia. Pero no olvida hacer una observación a modo de advertencia: “Esto que me ha pasado a mí le puede pasar a cualquiera”.

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