“Se nota una tristeza en su mirada. Los ojos hablan. Y ahora que con las mascarillas que lo único que se ven son los ojos, es un indicativo muy característico de que una mujer sufre violencia”. Así lo destacó la psicóloga y sexóloga, Ana María López Lorente, en la conferencia que ha ofrecido por el día del Patrón de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte de la UGR en el Campus de Melilla. Bajo el título ‘Educación sexual y violencia de género. Desmontando mitos’, explicó cómo desmontar creencias enraizadas en la sociedad sobre la sexualidad y qué señales podemos ver en mujeres que sufren violencia machista para ayudarlas a dar el paso de denunciar y salir de esta situación.
López Lorente habló de los indicadores que pueden hacer pensar a cualquier persona que está sufriendo violencia de género. Y es que remarcó que son muy pocas las que buscan ayudas por ellas mismas.
La psicóloga indicó que la mayoría de ellas es una mujer que lleva años sufriendo esta situación de violencia y los profesionales que están cerca deben estar preparados para ver esas señales. Y es que, aunque esta mujer niegue la situación, los que están cerca pueden ver esos indicativos y empezar a trabajar con ella para que salga de ese contexto.
Además de la mirada triste, hay muchos más factores que pueden ayudar a una persona a sospechar si una mujer es víctima de violencia de género. Esta psicóloga explicó que cuando comienza a hablar con una mujer en esta situación suele haber mucha reticencia por su parte y no colabora con las sesiones en un primer momento, aunque es importante que siga acudiendo a esas sesiones de ayuda. Explicó que hay mucha culpa y vergüenza en estas mujeres y hay que motivarlas para que sigan el camino, aunque sin forzarlas a hablar de lo que no desean. Remarcó que hay mucho sufrimiento y les cuesta abrirse. Y todo esto es una explicación también de lo complicado que resulta para ellas hacer una denuncia.
Asimismo, hay un gran temor de no recibir el apoyo, sino solo rechazo de la comunidad en la que están. Incluso de los profesiones, añadió López Lorente, porque temen que se ponga en duda su testimonio en un juicio, por ejemplo.
“Uno de los principales síntomas es la depresión. Pero también podemos ver ansiedad. Y también ir muy tapada en agosto cuando puede ocultar arañazos o golpes. Por ello, lo que hay que hacer es darle confianza y luego se terminan abriendo. Es un proceso que necesita adaptación y es un proceso muy largo de recuperación”, apuntó la psicóloga.
Por otro lado, López Lorente comentó que también hay indicativos que pueden hacer ver a los profesionales, como los de la educación, que un niño está viviendo en una casa donde hay violencia de género.
Mitos sexuales
Por otro lado, la psicóloga argumentó la importancia que tiene la educación para la igualdad y sexual en la prevención de la violencia. Comentó que la educación de los niños debe ser desde la más tierna infancia en igualdad. Asimismo, destacó que es preciso educar en la diversidad porque los niños deben saber que todos somos personas y muy diversas, por lo que hay que introducir la educación en valores y el respeto desde muy pequeños. Y subrayó, además, la importancia de la educación emocional.
López Lorente también aprovechó su conferencia para abordar los mitos que hay sobre la sexualidad. Al respecto argumentó que esto hace que las relaciones de parejas sean desiguales.
Uno de estos mitos es decir que el hombre siempre está dispuesto a tener relaciones sexuales o que la mujer no está siempre predispuesta y esto tiene que ver en el caso de las chicas con una educación en la que se ha insistido en que no se tiene que manifestar el deseo sexual. Subrayó que estos mitos para hombres y mujeres influyen de forma negativa en las relaciones de pareja.