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Mil formas de ejercer el derecho al voto y acercarse a las urnas en Melilla

María José Tamarit pudo elegir sus papeletas en braille, un matrimonio llegó del brazo, como en las diez votaciones anteriores, y otros melillenses fueron en familia.

Ésta es la segunda vez en su vida que María José Tamarit vota en secreto. No es que sea reservada con sus ideas políticas, sino que desde hace 18 años es invidente y, desde ese momento, ha tenido que solicitar la ayuda de algún familiar para poder elegir la papeleta del partido que deseaba votar y así, ejercer su derecho, como el resto de los ciudadanos. Es la segunda vez que vota en braille, ya que desde el 2007 hay un real decreto que permite a las personas invidentes solicitar esta forma de participar en los procesos electorales.
Tamarit confesó que como sólo había votado una vez con el sistema braille, ya no se acordaba de cómo hacerlo.
Esta melillense comentó que desde principios de octubre y hasta el 24 de ese mismo mes, las personas invidentes podían solicitar por teléfono un paquete en braille con todas las instrucciones, papeletas y sobres que les permitirían ejercer su derecho al voto. A través de esta llamada se recogen datos, como el DNI, la fecha de nacimiento y algunos datos más, y se le proporciona a la persona ciega un código para que el día que vaya a su colegio electoral puedan darle este paquete.
Tamarit indicó que dentro de la carpeta de cartón que se les entregan están dos sobres y las instrucciones de cómo realizar el voto. Así, para el Senado, en una lista se indica el candidato y en otro documento está la ranura al lado para que se escriba una aspa o una equis. Y para el Congreso de los Diputados, “tenemos un sobre y las papeletas con los partidos. Encuentras el que quieras y lo entras en el sobre”, explicó.
Es el mismo sistema que para el resto de ciudadanos, sólo que al estar en braille, estas personas no precisan de un familiar cercano que les ayude a diferenciar entre las papeletas y los candidatos.
Con este tipo de iniciativas se pretende que todos los españoles mayores de 18 años, sin distinción, puedan votar.

Cómo llega el voto

También hay otras medidas que facilitaron ayer que los melillenses llegaran a las urnas, como una simple rampa.
Muchas personas mayores salieron ayer de sus casas para ejercer su derecho al voto, con bastones, de la mano de un familiar o en sillas de ruedas, entraron en los colegios electorales y echar su voto dentro de las urnas.
El voto por correo fue otros de los sistemas utilizado ayer por los melillenses, entre ellos, los estudiantes que están en la península cursando sus carreras y que sabían que no iban a estar en la ciudad para acercarse y entregar el voto en mano.
En otras ocasiones, lo importante no es cómo llega el voto hasta las urnas, sino la actitud de las personas que lo depositan. Hay de todo. Gente optimista, otros son escépticos, algunos votan porque les animan sus padres y hermanos y el resto, o tenía muy claro a quién iba a elegir en sus papeletas o estaba a punto de decidirlo.

Las impresiones de los jóvenes

Elena no tiene ninguna dificultad para votar,  tan sólo que era la primera vez que lo hacía. Reconoció que sus padres y hermanos la habían animado porque ella no entiende de política y no ha seguido la campaña. Aún no sabía a quién iba a votar, y eso que estaba en la puerta del colegio electoral. Seguramente lo hizo en blanco, tal y como indicó, aunque ni si quiera sabía cómo se podía votar en blanco.
Dos hermanos fueron también por primera vez a votar ayer. Se llevan tres años, pero esta diferencia de edad no era lo suficiente como para permitir que uno de ellos ejercieran ese derecho antes que el otro.
Aunque otros jóvenes sí que tenían muy claro ayer a quien tenían que votar, como Edu. Ha estado viendo las noticias y ojea el periódico en la cafetería, por lo que ayer se acercó hasta el colegio electoral y eligió las papeletas en una de las cabinas. Aunque hable con sus amigos de sus ideas políticas y de los candidatos nacionales, no quiere que nadie se entere de a quién va a entregar su confianza.
Sergio tiene 27 años y no es la primera vez que vota. De hecho, aseguró que siempre ejerce este derecho. Comentó que para él no tiene ningún sentido el día de reflexión “porque hay política durante todo el año”. Este joven indicó que entre los amigos hablan de política, lo cual no quiere decir que sea uno de los temas preferidos porque acaban discutiendo.
¿Qué espera del próximo gobierno nacional? Este joven señaló que lo único que desea es que “no vayamos para atrás”, y añadió que espera que se encuentre una solución a la crisis.

Los mayores reflexionan

Los melillenses que superan la treintena suelen ir acompañados de sus parejas o de sus familias, y buena prueba de ello era el gran número de niños que ayer corrían por las clases y pasillos de los colegios sin ser un día lectivo.
María del Carmen fue ayer sola a votar. Tiene 60 años y siempre ha ejercido este derecho, “ya llueva o truene”, aseguró. Ella era una de las melillenses que votaron con ilusión con la espeanza de que su partido saliera ganador. ¿Qué le pediría al nuevo gobierno? “Trabajo, que la crisis disminuya y más colegios para los niños pequeños”, aseguró.
En el Leopoldo Queipo El Faro habló con una pareja, él 68 años y  ella 65. Siempre han ido a votar, y aún recuerdan la primera vez que lo hicieron. Ellos siguieron la campaña electoral a través de las noticias.
“Le hacen a uno de ser escépticos con tantas promesas incumplidas. Para qué votar por Pedro que saca nueve votos, si luego Juan y José sacan cinco cada uno, se suman, y forman un partido que se llama Juan José y se ponen por encima de Pedro”, comentó este melillense. “¿Cuándo se ha visto tanta corrupción? Es una desgracia. Viene uno a votar porque tiene sus principios, pero le quitan las ganas”, añadió.
Aunque no todos son tan pesimistas. Un matrimonio aseguró que estas elecciones llegan tarde y que se tendrían que haberse convocado hace muchos meses y no haber esperado a que la crisis económica fuera tan grave. Ellos sí tenían mucha ilusión en estas elecciones.
El paro es la principal preocupación de este matrimonio y esperan que con un nuevo gobierno, las familias puedan encontrar un trabajo y de esta forma, empezar a invertir para recuperar la economía.
“Esperemos que participe todo el mundo porque el que no lo haga, no tiene derecho luego a protestar”, comentaron.

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ana reyes

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