Miguel Ángel Noguera, oficial de la Policía Nacional: “Agradezco a la Policía haber podido hacer un curso de primeros auxilios”

  • El pasado lunes salvó la vida a un hombre de avanzada edad, que sufrió un infarto en plena calle, al hacerle un masaje cardiopulmonar. “Nunca viví una situación tan crítica como ésa”

Acababa de salvarle la vida a un hombre pero, al llegar al trabajo, no se lo contó a sus compañeros. Aunque, por supuesto, de camino allí sí llamó a su mujer para decirle lo que había pasado. Miguel Ángel Noguera, oficial de la Policía Nacional, estaba satisfecho por la acción que había realizado, pero también impactado. No era para menos, dado que un anciano se había quedado sin pulso y, gracias al masaje cardiopulmonar que le practicó, pudo recuperar las constantes vitales. El héroe del momento cuenta a FaroTV cómo vivió aquellos minutos de tensión que tuvieron un final feliz.

–Sobre las 13:00 horas del lunes usted se dirigía a su puesto en el puerto. ¿Qué se encontró de camino allí?

–Iba por la zona del centro hacia la estación marítima. Me encontré a una señora atendiendo a un hombre de avanzada edad. Vi que él se encontraba en mal estado pero seguía consciente, por lo que decidí llamar al 061. Durante esa llamada, mientras les indicaba el lugar exacto para que viniera la ambulancia, vi que su rostro se ponía totalmente enrojecido y él se desplomaba.

En ese momento, con la ayuda de otro individuo, conseguimos tumbarlo en el suelo y ahí ya no tenía ni pulso, las constantes vitales eran nulas y las pupilas estaban dilatadas. Entonces, pensé que había sufrido un paro cardíaco. La gente alrededor estaba muy nerviosa y decidí hacerle el masaje cardiopulmonar. No sé el tiempo exacto que se lo estuve haciendo, pero el hombre reaccionó. Volvió a respirar y, tras pasar un rato, recobró el conocimiento

–¿Tardó mucho en llegar la ambulancia?

–Tardó un tiempo yo creo que correcto. Comprendo las dificultades de acceder al centro (ocurrió en la calle General Pareja).

–¿Fue consciente desde el principio de que era un infarto?

–La primera impresión es que era un infarto, sabía que era algo grave, crítico. Los estertores al respirar, los ojos, el color de la piel. Tenía muchas dificultades para respirar.

–¿El hombre estuvo mucho tiempo sin pulso?

–Cuando observé que el rostro enrojecía, noté que le empezaba a faltar oxígeno. Ya en el suelo, fue el momento clave, porque le empecé a hacer el masaje. Esa rápida reacción creo que fue lo que le salvó la vida.

–¿Fue complicado tumbarlo en el suelo boca arriba para hacerle el masaje cardíaco?

–No era una persona corpulenta. Me ayudó otro chico a ponerlo en esa posición. Había nerviosismo y lo hicimos lo mejor que pudimos. En ese momento, se me ocurrió hacerle el masaje. Ni lo pensé y me puse encima de él. Era una persona mayor, no fue muy complicado bajarlo al suelo.

–Al llegar usted, ¿el anciano estaba sentado?

–Mientras yo llamaba por teléfono (al 061), unas chicas le trajeron una silla de una cafetería cercana, pero cuando lo sentaron, no se aguantaba en el asiento, se deslizaba.

–¿Los agentes de la Policía Nacional reciben formación de primeros auxilios para casos concretos como éste? ¿O es algo en lo que se ha formado aparte?

–Yo tengo que darle las gracias a la institución a la que pertenezco por haber podido realizar un curso de primeros auxilios. He hecho uno de reanimación cardiopulmonar (RCP) y otro de utilización del desfibrilador. Tengo formación gracias al Cuerpo. En ese momento, las nociones te ayudan a situarte, a poner las manos y a comprobar las constantes vitales.

–¿Cómo fue la comunicación con los sanitarios al llegar la ambulancia?

–Yo me acerqué a uno de los sanitarios y le conté todo lo que había pasado, sobre todo el tema de la parada cardíaca. Ellos se lo llevaron dentro de la ambulancia y yo me quedé en la puerta porque estaba preocupado por esa persona. Quería saber si había sido útil la maniobra que le había realizado. Tardaron bastante tiempo en salir y nos poníamos en lo peor, pero los sanitarios al final nos dijeron que estaba estable.

–Y se lo llevaron al Comarcal.

–Sí, y llegaron dos hijas del accidentado. Yo conozco a una de ellas y me agradecieron la ayuda.

–En una situación tan tensa, ¿cómo se siente uno al informar a los familiares cercanos del enfermo?

–Las hijas, cuando llegaron, lo vieron con los ojos abiertos y semiinconsciente. En ese momento, no sabían la gravedad de lo que ocurría. Ahí, dudas en si decírselo o no, porque no quieres preocuparlas, pero lo más lógico es que sepan lo que hay, porque si lo van a meter en la ambulancia, tienen que saber lo que pasa. Entonces sí que se las veía en un estado un poco de shock, como diciendo ‘¿qué es lo que ha pasado?’. Ellas pensaban que era un mareo, una caída, y su preocupación era limitada. Pero reaccionaron bien y hoy (por ayer) me han vuelto a dar las gracias por la actuación.

–¿Qué le dijeron?

–Que muchas gracias y que en ese momento, por los nervios, tampoco pudieron agradecérmelo como querían y me dieron las gracias de parte de toda la familia.

–¿Ha podido ver al enfermo?

–No, no lo he vuelto a ver. Sé que estuvo ingresado toda la tarde (del lunes) en observación.  Pero sí he tenido contacto telefónico con sus hijas, sobre todo por mensajes, y me dijeron que estaba pendiente de pasar la revisión con el especialista cardíaco. Sé que por su estado de salud había tenido otros sobresaltos, pero ahora se encuentra estable.

–En su trabajo como policía nacional, ¿ha vivido alguna situación parecida a ésta?

–La verdad es que tan crítica como ésta, no. Todos los que estamos en la Policía y hemos trabajado en la calle hemos tenido alguna situación así, pero tan crítica como ésta, no. Son momentos que te llevan al extremo de la realidad. Nosotros solemos llegar cuando ya ha pasado el tema realmente, pero verlo así, es algo que te llega. Ese día estuve un poquito tocado.

–¿Qué sensaciones tenía después de marcharse la ambulancia y dirigirse al puerto?

–Un poco extraña, agridulce. Estás contento por lo que has hecho pero, por otro lado, no sabes por qué, te encuentras de una forma rara. Pero sí hay satisfacción por esta persona, por su familia y por el cariño de nuestra familia de la Policía. Ves que los compañeros te felicitan y que lo hacen de corazón. Estoy muy contento por eso.

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