“Hemos empezado el año con la peor noticia que nos podían dar: que paralizan las obras... yo qué se por qué”. Esto lo afirma Malika, una vecina de la urbanización de Averroes que ya no puede reprimir más su tono de enfado. Como la gran mayoría de los vecinos, está harta de una urbanización que “se cae a pedazos” en cuestión de segundos pero necesita años para ser arreglada. Los problemas de la empresa adjudicataria encargada de la rehabilitación han dejado sin completar la capa de revestimiento en los bloques 7, 11, 13 y 15. “Cuando por fin nos toca, se van los obreros”, apunta la vecina con sarcasmo. Malika asegura que lo único que desea es que su familia vuelva “a la normalidad”. Y lo dice con razón, porque el salón de su casa y las habitaciones de sus hijos llevan más de dos años apuntaladas. Y parece que van a seguir así durante un tiempo más. Al menos, hasta nuevo aviso.
Malika lamenta que, desde que se desprendió parte de la fachada, su familia está totalmente expuesta a las inclemencias del tiempo. “Cuando llueve se filtra el agua porque no hay recubrimiento y en invierno se mete un frío que parece que estemos en la calle”, asegura mientras señala con el dedo las marcas de humedad y las grietas en la pared.
Grietas en todo el edificio
Otros vecinos de Averroes, como Abdelkader o Hafira, sostienen que todos los que viven en esta urbanización sienten el peligro muy cerca. “La parte de atrás está llena de grietas y cada dos por tres caen piedras de la fachada”, cuentan. “Yo a mis hijos no les dejo jugar en la calle porque tengo miedo”, dice la mujer. Hafira está segura de que, de vivir en otra urbanización menos apartada de la ciudad, ya la habrían saneado completamente. “Si esto fuera la Avenida, directamente no ocurriría”, apunta.
Abdelkader, por su parte, está convencido de que no se han aplicado las medidas de seguridad para todo el riesgo que corren los vecinos. “Las ventanas de todo el edificio están llenas de grietas, este es un signo evidente de que algo va mal”, se queja el vecino. Según recuerda, los problemas en la urbanización comenzaron nada más darles las llaves a los vecinos.
“Fíjate cómo de bien lo habrán hecho para que se caiga la fachada a pedazos, por mucho que no haya riesgo de derrumbe de la estructura”, apunta. Como otros muchos vecinos, también se queja de que nadie se encarga de la suciedad que se genera en la urbanización. “Somos los que vivimos aquí los que a veces recogemos la basura y quitamos la maleza, porque esto es insalubre”, reconoce Abdelkader.
Con indignación, este hombre señala al Tiro Nacional desde el patio lleno de escombros de Averroes. “Ellos tienen sus edificios perfectamente construidos, sus vallas pintadas y sus zonas verdes en condiciones. En cambio, nosotros tenemos miedo, vivimos sabiendo que la urbanización se cae a pedazos, con mucha inseguridad por la delincuencia y rodeados de basura”, insiste Abdelkader. El contraste salta a la vista.
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