¿Qué hace un pescado gigante en la puerta de la Consejería de Hacienda? ¿Qué pinta un mero de muchos kilos en la acera? Fueron algunas de las preguntas que los viandantes que pasaban por el antiguo Hospital de la Cruz Roja se hacían. Un lector envió esta fotografía a El Faro y se pregunta qué es lo que habría pasado para que alguien dejara o perdiera un mero en este punto de la ciudad.
Pero la historia de este pescado comenzó cuando una furgoneta de un pescadero del Mercado Central pasó por la avenida de la Duquesa de la Victoria.
Una de las puertas de este vehículo se abrió y el mero acabó en la calzada. El conductor siguió su camino sin notar nada. No obstante, un guardia civil que pasaba por ahí de forma casual observó la escena y recogió al mero de la carretera para evitar que sufriera daños.
El pescado descansó en la acera ante la mirada de sorpresa de los ciudadanos que pasaban por ahí. Mientras los curiosos hacían fotos del enorme pez, que hubiera servido para alimentar bien a toda la familia en Nochebuena o Nochevieja, el guardia civil llamaba por teléfono a diferentes administraciones con la esperanza de dar con el pescadero y propietario.
Finalmente, este agente logró dar con la persona que perdió el mero. El pescadero agradeció no sólo que salvara al pescado de ser atropellado, sino que hubiera dedicado un tiempo para dar con su propietario.