El Club Balonmano Virgen de la Victoria de Melilla no jugó este fin de semana. En teoría le tocaría disputar la jornada veinte de competición ante el Balonmano Pozoblanco, pero va a ser un fin de semana de descanso tras el abandono del conjunto cordobés. Los melillenses se toman un merecido descanso que sirve a los jugadores para coger fuerzas de cara al complicado tramo final de la competición. Melilla, tras 20 jornadas, es el cuarto clasificado del Grupo F de Primera Nacional de Balonmano con 11 victorias, 2 empates y sólo 5 derrotas en 18 partidos disputados.
El conjunto de Pablo Torres tiene desde hace ya dos jornadas la permanencia asegurada matemáticamente y lucha entre los cinco mejores equipos por conseguir una de las dos primeras plazas que da derecho a jugar la fase de ascenso a División de Honor de Plata. Con 531 goles es el segundo conjunto más goleador, a tan sólo un tanto del mejor equipo, el líder Cajasur Balonmano Córdoba. El lateral derecho melillista, Nailson Amaral, es el máximo goleador de la categoría con 135 goles, 7,5 por partido, teniendo Melilla hasta 3 jugadores entre los 10 primeros en la lista de goleadores, gracias a los 82 tantos de Abiel Villalobos y de Pedro Castro. Bajo palos también destaca el equipo azulino, ya que tanto David Enríquez como Yunes Mohamed están entre los porteros con mejor porcentaje de paradas, siendo dos de los mejores guardametas de la categoría.
La marcha de Hugo y Rubén por motivos personales, las lesiones de Benal-lal y Nailson y la baja para el resto de temporada de Abiel hicieron que los melillenses tuvieran un bajón de resultado y juego que les privó de esas dos primeras plazas en las que logró mantenerse durante tres jornadas con un balance de 9 victorias y sólo 1 derrota. Pero la llegada de Bruno Santana y Thomi Werner ha dado alas y han generado ilusión en un equipo que está haciendo la mejor temporada de su historia y una de las mejores del balonmano melillense en categoría nacional a pesar de tener la plantilla más corta del grupo.
Quedan sólo diez jornadas, cinco partidos en casa y cinco fuera. Diez finales para el conjunto melillense en sus aspiraciones por luchar por todo. Pase lo que pase, incluso en el peor de los casos, el Virgen de la Victoria habrá logrado cuajar la mejor temporada de su historia y quedará en la mitad alta de la tabla. Ya no depende de sí mismo para pelear por el ascenso, pero todavía debe enfrentarse a seis de los siete peores clasificados y la segunda plaza sigue estando a sólo tres partidos de diferencia.