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Mercadillo en la feria: la zona más tranquila

La feria no son solo atracciones, casetas o fiestas durante horas. Muchos trabajadores que vienen a Melilla traen una oferta de varios productos como carteras, mochilas, bisutería o juguetes. Los comerciantes de la feria también tienen su espacio y los melillenses y turistas pasean por los puestos para echar un vistazo.

Después de una noche de ‘cacharros’, un padre y su hijo se pasan por los comercios para mirar. Sobre todo las familias acaban comprando varios objetos como el caso de un padre y un hijo que se llevaron el pasado domingo un juguete de Fornite, entre otros artilugios: “Me encantan las cosas de este videojuego”, asevera el pequeño. “Nos gusta dar una vuelta y algo al final pica. Y tan contento para casa”, añade el padre.

Por otro lado, los grupos de jóvenes no están tan interesados en comprar en los puestos. Suelen dar un paseo mientras descansan de una tarde de fiesta, y así retomar por la noche para montarse en las atracciones. “No hemos comprado nada. El dinero no da para todo: o cacharros o tiendas”,dice una joven entre risas.

Las personas mayores sí son más propensas a mirar los puestos, aunque prefieren los de comida antes que los de artículos de regalo. Una pareja de ancianas van a la feria para mirar todas las noches cada puesto: “La parte de juguetes de los niños no nos gusta tanto”.

Una de las mujeres recordó una parte de su infancia en la que gastaba más dinero en comprar comida que gastarlo en las atracciones: “Me acuerdo mucho de mi madre que decía que no gastase tanto”.

Cada comercio tiene un ambiente diferente. A uno de los puestos más grandes y con más variedad de artículos le están yendo bien las ventas durante estos días. La hora que más afluencia hay en las tiendas es a partir de medianoche, cuando la gente está más cansada y prefiere pasear.

Sin embargo, otros puestos como el de las camisetas de grupos tienen menos clientela. Según su dueño, los turistas eran los que más compraban el año pasado: “Estamos a la suerte. Los marroquíes eran los que más gastaban aquí. Venían a ver las camisetas”. Aun así, el comerciante espera que las ventas mejoren en lo que queda de feria.

Vender artículos en feria es algo arriesgado ya que la mayor parte de las personas visitan el recinto ferial para comer, beber, bailar y montarse en las atracciones. A pesar de ello, este pequeño mercadillo da otro ambiente más tranquilo para que los melillenses y los turistas puedan echar un ojo a una gran variedad de artículos para regalar o para llevárselo de recuerdo.

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