Opinión

Menos rifirrafe y más trabajo en Melilla

MEnudo espectáculo han dado este fin de semana en Twitter el ex presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y su sucesor en el cargo, Eduardo de Castro. Se engancharon en las redes sociales con los argumentos de siempre.

De Castro le sacó a Imbroda el espectáculo que éste dio en el pleno del 15 de junio de 2019, cuando el líder popular amagó con partirle la cara en directo e Imbroda la afeó que rompiera el pacto nacional de PP-Cs, se convirtiera en presidente y que ahora sea un tránsfuga. Además, le advirtió de que se ha quedado para echarlo. De Castro le restregó en la cara las 15 preguntas que ha hecho en 20 años en el Senado y lo caro que nos sale para lo poco que trabaja.

Todos sabemos que entre estos dos señores no hay amor. Ahora ya tenemos pruebas de que tampoco hay respeto. Pero ni así se justifica el show público en las redes sociales. Señores, si alguien de vuestra cuerda os ha dicho “chapó”, hacedme caso, ese no sirve de escudero. Lo que habéis hecho está mal. Eso no se hace.

Imbroda nos puede gustar más o menos, pero ha sido el presidente de todos los melillenses durante casi 20 años. Debería darse su lugar, que no es el ‘chancleteo’ en Twitter. De Castro nos representa a todos y debería entender que para ser presidente hay que comportarse como tal. Entrar en el cuerpo a cuerpo sólo denigra el cargo que democráticamente ostenta.

¿Os imagináis a Felipe González y a José María Aznar montando esta escena en Twitter? ¿Qué tiene un señor de Sevilla y otro de Madrid, con vínculos con Castilla y León que no tengan dos de señores de Melilla? La respuesta es sencilla: educación.

Ser de Melilla no nos puede dar carta blanca para actuar al margen de las reglas de cortesía y protocolo que se exigen no sólo en determinadas esferas de poder sino en la vida diaria.

Imbroda tiene todas las papeletas para recuperar el poder, siempre que Pablo Casado lo deje seguir al frente del partido en Melilla o, en su defecto, moviendo los hilos del poder en la sombra. En lugar de entrar al trapo con De Castro debería estar repasando la encuesta de SyM Consulting que se hizo pública este fin de semana y que da empate técnico a PP y CpM. Cualquiera en su lugar estaría preocupado.

Según este barómetro hay empate técnico entre el PP y CpM. Aunque los populares exhiben una pequeña ventaja respecto a los cepemistas, cabría preguntarse por qué el Partido Popular de Melilla no está experimentando la misma subida que ha experimentado la formación en el resto de comunidades autónomas.

Mañueco y Juanma Moreno ya están listos para apretar el botón rojo y convocar elecciones autonómicas en Castilla y León y Andalucía, respectivamente. Los dos están convencidos de que van a arrasar o, en su defecto, podrán gobernar cómodamente con el apoyo (a ellos les gustaría que fuera puntual) de Vox.

¿Pasa lo mismo en Melilla? No. El barómetro de SyM Consulting le da al liderazgo de Imbroda un porcentaje de votos del 36,1%, que está por debajo del casi 38% conseguido en las elecciones de 2019, donde la formación logró 10 concejales y, como todos sabemos, quedó fuera del Gobierno.

En cambio CpM pese al desgaste de gobernar con PSOE, en pandemia, con 105 muertos en Melilla; con cifras de contagio por las nubes y la condena de Mustafa Aberchán por el caso ‘Voto por Correos’, mantiene la mejora en el porcentaje de votos conseguido en las pasadas elecciones autonómicas.

Este barómetro del 10 de septiembre le da un 34,3% de intención de votos por encima del casi 31% conseguido en 2019. Los cepemistas tienen motivos para estar satisfechos. Algo estarán haciendo bien, cuando, a pesar de los pesares, el electorado melillense consultado por teléfono les sigue dando su apoyo.

¿Adónde va el voto que no consigue el PP? A Vox y a la abstención. Con la expulsión de Eduardo de Castro de Cs, el partido naranja se hunde en las catacumbas y su nicho de votantes se quedan en casa. Imbroda no les convencía antes y ahora tampoco.

Vox, que en 2019 consiguió 2 concejales y el 7,8% de votos, en estos momentos anda por el 10,3%. De hecho, el barómetro de SyM Consulting le da entre 2 y 3 diputados. Y eso que la formación de Abascal en Melilla no monta los escándalos que vemos en otros puntos del país. Con perfil bajo siguen desangrando al PP de Imbroda.

Lo que realmente llama la atención es que el Partido Popular de Melilla no sea capaz de dar amparo al electorado de Ciudadanos. Hay dos mil y pico de votos de derecha que el PP necesita como el comer y que no se han ido a Vox. Son votos de centro-derecha que un perfil como el de Imbroda no puede atraer y que se irán a la abstención, según esta encuesta.

Obviamente, eso ocurrirá si Cs no es capaz de encontrar un candidato que le haga resurgir de las cenizas a las que ha quedado reducido el partido, pese a haberse convertido en Melilla en la clave del cambio. El problema es que el cambio no ha sido para estar mejor. Eso se paga en las urnas.

Compartir

Artículos recientes

Los Caleros de Ayamonte de Pepe Gámez

En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…

2 meses hace

Indagando sobre el sentido del temor a la muerte

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…

2 meses hace

Percebes

De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…

2 meses hace

Derecho a discrepar

Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…

2 meses hace

Verano del tiempo viejo (VII)

Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…

2 meses hace

Las nuevas tecnologías transforman los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos de París son un evento deportivo en los que la tecnología no…

2 meses hace