La situación en el centro de acogida de menores extranjeros de La Purísima era tranquila en estos meses de atrás. La mayoría de los chicos estaban adaptándose a las actividades y disciplina del centro, en cuanto a horarios y cumplimiento de normas de convivencia. Pero ahora eso ha cambiado. Se están trasladando a menores del centro de Rostrogordo a La Purísima y, según fuentes consultadas por El Faro, están provocando peleas y no hacen caso de los monitores ni de los vigilantes. Molestan a los chicos que ya vivían en el centro, se confeccionan armas y fuman hachís tanto dentro como fuera del centro, sin atender a las llamadas de atención de los vigilantes o cuidadores del centro.
Fuentes consultadas por este periódico aseguran que el personal de seguridad ha detectado a chicos que han ingresado en La Purísima desde Rostrogordo con una tijera transformada en un cuchillo y un arma blanca de grandes dimensiones. Las han introducido en el centro ocultándolas y finalmente los vigilantes han podido requisarlas antes de que las pudieran usar para amenazar a otros usuarios del centro.
También indicaron que los chicos que proceden del centro de Rostrogordo no están siguiendo las normas de La Purísima. Afirmaron que está trastocando la estabilidad del resto de chicos acogidos. Y es que no están haciendo caso ni a los vigilantes, de los que se ríen o no escuchan, ni de los trabajadores del centro que no saben cómo hacerles entender la importancia de comportarse de forma adecuada.
Estas fuentes aseguraron que los chicos fuman hachís tanto en el interior como en el exterior del centro y solo usan este espacio para comer y dormir, sin implicarse en actividades. Se preguntan si es que la Viceconsejería del Menor está bajando de Rostrogordo solo a los chicos que se comportan mal.
La llegada de estos jóvenes acogidos a La Purísima se está haciendo de forma progresiva y es que el fin de semana fueron trasladados a este centro unos 20 jóvenes y ya son más de un centenar los enviados desde Rostrogordo. Estas fuentes consultadas por El Faro aseveraron que se nota y mucho que han llegado al centro por su mal comportamiento.
Asimismo, indicaron que el número de vigilantes de seguridad se ha quedado corto con la llegada de estos jóvenes. Antes eran diez por turno, siendo cuatro los fijos y seis de refuerzo. Pero con el cierre de la frontera y los chicos llegando a la mayoría de edad, se fue reduciendo el número de jóvenes en La Purísima y eso provocó que bajara también el de vigilantes necesarios para el centro.
Ahora el refuerzo de vigilantes de seguridad es solo de cuatro por la noche. Por ello, hay una demanda para que se incremente el número porque ahora solo hay cuatro en cada turno y solo en la noche tienen ese refuerzo de cuatro más. Estas fuentes ven que debe ser proporcional el número de vigilantes con el de niños acogidos, y más ahora que hay un grupo de jóvenes que no se está comportando de forma correcta.
Además, estas fuentes consultadas por el periódico indicaron que siguen igual los exteriores del centro de acogida, llenos de basura y en muy malas condiciones, y que los vigilantes tienen una garita sin baño y sin calefacción porque se les ha estropeado, por lo que las noches se hacen más largas aún ahora con el frío.
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