Los hechos ocurrieron el pasado 14 de octubre y, entonces, el joven denunció que fue en La Cañada. Según admitió a la Policía, dijo que había sucedido en Melilla por “miedo” a las autoridades marroquíes
Un menor de 17 años denunció hace un mes que había sufrido dos disparos en la pierna en la carretera de la Vía Lactea de Melilla. El suceso, según pusieron él y su padre en conocimiento de las autoridades, ocurrió en torno a las 23:30 horas del pasado 14 de octubre. No obstante, según confirmaron ayer fuentes de la Policía Nacional a El Faro, ambos mintieron sobre el lugar en el que tuvo lugar el suceso. No fue en La Cañada de Hidum, sino en territorio marroquí.
La investigación que han llevado a cabo en este tiempo los agentes de la Jefatura Superior de Policía sobre el tiroteo condujo a la conclusión de que la víctima había faltado a la verdad al indicar cuál fue el lugar de los hechos. Y así lo terminó reconociendo el joven ante los policías.
Miedo a la policía marroquí
Fuentes policiales explicaron que tanto la víctima como su padre decidieron denunciar el suceso como si hubiera ocurrido en Melilla, según hicieron saber a los agentes, por “miedo” a las autoridades marroquíes. También señalaron que temían que no atendieran al joven en el Hospital Comarcal si contaban toda la verdad sobre el tiroteo.
Aunque todavía no se sabe con precisión el sitio en el que tuvieron lugar los disparos, las mismas fuentes apuntaron a este periódico que ocurrió en la carretera que lleva a la localidad de Farhana.
Los agentes encargados de la investigación continúan sus pesquisas sobre el caso para saber qué ocurrió realmente y quién o quiénes fueron los autores de los disparos al menor.
Dos tiros en el muslo
Lo que sí es cierto es que el joven recibió dos tiros en el muslo de la pierna izquierda en la noche del 14 de octubre. Al día siguiente, por la mañana, se presentó en el Servicio de Urgencias para ser atendido por los sanitarios.
Entonces, fuentes del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) informaron a este diario de que el chico acudió a las instalaciones hospitalarias con dos orificios en la pierna izquierda, siendo en ambos casos de entrada y salida.
Los médicos le dieron el alta aquella misma mañana, a las pocas horas de ser atendido, después de que fuera intervenido quirúrgicamente para cerrar las heridas de bala de la pierna.
Como hizo saber el Ingesa, ninguno de los disparos recibidos por el joven de 17 años afectaron a sus órganos vitales.
Desde entonces, los agentes de la Policía Nacional han estado llevando la investigación del caso para intentar esclarecer los hechos.