El Rey Felipe VI presidió ayer en la Plaza de la Armería del Palacio Real en Madrid el acto de homenaje a las víctimas del coronavirus, un acto que sirve para no olvidar el daño que ha producido la pandemia y también para dar esperanza.
El virus ha segado miles de vidas en nuestro pañis y ha provocado una de las mayores crisis económicas de la historia, un desastre como nunca se ha vivido, excluyendo épocas de guerra, y que ha puesto contra las cuerdas a la humanidad.
Por eso es importante no olvidar a aquellos que han perdido la vida en la pandemia y recordar que el virus es mortal y que, por desgracia, sigue entre nosotros. En ese sentido son acertadas las palabras del presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, que asistió al acto y e hizo un llamamiento a la responsabilidad para seguir luchando contra un virus que a día de hoy sigue matando.
Desde un punto de vista más positivo, tal y como resaltó el rey, es el momento de mostrar unidad y estar esperanzado en una pronta salida de la crisis, especialmente gracias a la campaña de vacunación, la única arma de la que disponemos para doblegar a la enfermedad.
Por el momento, y mientras no logremos una inmunidad de grupo que nos permita recuperar la normalidad de nuestras vidas, debemos seguir siendo responsables y evitar las situaciones de riesgo que puedan provocar contagios. Aún queda mucho por remar.