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Los melillenses, más de uvas naturales que de lata para Nochevieja

Las uvas son una de las frutas estrella de la Navidad y, seguramente, la más consumida en este periodo festivo. Tal y como manda la tradición, para tener suerte en el año que está por venir hay que tomar 12 uvas durante las 12 campanadas que marca el famoso reloj de la Puerta del Sol de Madrid. Es por esta razón por lo que durante estas fechas las uvas es la fruta más demandada por los hogares en todo el país. El Faro ha salido a la calle para comprobar cómo está su precio en los mercados de Melilla y si está ya habiendo movimiento en las fruterías para comprar.

"Todavía no han empezado las ventas fuertes de las uvas, más cuando se acerque la Nochevieja", explicó a El Faro Marzok, responsable de uno de los puestos de fruta del Mercado Central. Según contó a este diario, aún es pronto para comprarlas, pero en un día o dos a lo sumo, su frutería se llenará de clientes en busca de esta fruta ya que la mayoría prefiere comprarlas cuanto más frescas mejor.

En cuanto a su precio, en el puesto de Marzok se pueden encontrar a 4 euros el kilo. Un coste algo superior al del año pasado, tal y como señaló el frutero. "Se nota que están un poquito más caras que las navidades pasadas", dijo.

Pero si en lugar de con el año pasado las comparamos con el coste que han tenido habitualmente estos meses atrás, en otro puesto del mercado, el de Mustafa, comprobamos que no ha variado mucho. En esta frutería tienen las uvas a un precio un poco inferior, se pueden encontrar por unos 3,30 euros el kilo.

"Están más baratas que el año pasado, al revés", destacó Mustafa. A pesar de que la inflación ha disparado los precios de la mayoría de productos, Mustafa asegura que no se va a notar mucho en las uvas. Aún así, avisó, todavía no le han llegado las auténticas uvas de la suerte.

Y es que no todas las uvas son iguales. Tal y como explicó a este diario, hay muchas variedades de uvas y las que más se llevan sus clientes para celebrar la Nochevieja es una variedad que tiene un tamaño más reducido y que son más dulces. Unas uvas que aún no le han llegado, pero que lo harán en un par de días. Aunque para gustos, los colores. En su puesto también tienen a la venta uvas moradas o blancas, pero un poco más grandes para que cada cliente elija las que más le gusten.

Las uvas peladas, pierden adeptos

Hace algunos años las uvas peladas que se venden en latas causaron furor entre los melillenses. No tener que pelar las uvas o quitarle las pepitas minutos antes de la retransmisión de las campanadas fue toda una revolución a pesar de que eran un poco más caras que las uvas al natural de toda la vida. 

Con su entrada al mercado, algunos pudieron comerse las 12 uvas del tirón por primera vez sin atragantarse o acumularlas todas en la boca. Los niños pequeños también podían consumirlas, ya que eran ideales para ellos.

Las ventas de este formato aumentaron considerablemente hasta estrellarse poco a poco. Al menos, esto es lo que ha explicado a El Faro Ismael, propietario del ultramarinos del Mercado Central. Él aún trae este tipo de uvas en conserva, pero que cada vez tiene menos adeptos.

En su opinión, que las ventas de estas uvas hayan disminuido con el tiempo se debe a la pérdida de poder adquisitivo de las familias melillenses. El precio de cada lata de uvas peladas y sin pepitas se encuentra actualmente en los 1,35 euros. Un coste superior al de años anteriores en los que se vendían por 1,20 euros.

"Ya no se venden como hace mucho tiempo, antes sí se vendían un poquito más estas uvas, pero las frescas también están caras", recalcó el propietario del ultramarinos, que subrayó que cuando las familias tenían algo más de dinero se podían permitir gastar en productos que se consideran más un capricho como podían ser las latas de uvas. Ahora, dijo, como la carne, el marisco o el pescado están altos, tienen qué elegir en qué gastar y parece que las uvas peladas son la última opción.

En la calle parece que esta teoría se refuerza. Aurelia, una melillense, aclaró que ella prefiere las uvas al natural aunque "me atragante comiéndolas", recalcó. A esta mujer no le gustan para nada los productos "artificiales" y es más de comer uvas "de toda la vida".

Es la misma opinión que tiene Amparo. Esta melillense apuntó que "como las uvas normales no hay nada". A ella le gusta mucho más el sabor de la fruta al natural, sin aditivos ni conservantes. En cambio para otro ciudadano, para Juanma, elegir una uva u otra no es importante. "A mi me da igual unas que otras", remarcó.

 

 

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