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Melillenses culpan a las nuevas tecnologías del aumento del sedentarismo en jóvenes

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 78% de los adolescentes en España son sedentarios. Los jóvenes de entre 15 y 24 años pasan más de 6,4 horas sentados durante su tiempo libre, muchos de ellos frente a la pantalla. El Faro ha salido a la calle para comprobar si los jóvenes melillenses se consideran sedentarios.

En Melilla, el 41,9% de la población mayor de 15 años se considera sedentaria, según la última Encuesta Europea de Salud en España, publicada por el Ministerio de Sanidad en el año 2020. Casi la mitad de la población melillense asume ser sedentaria, un dato más elevado que el referido a la media nacional, que se sitúa en el 36,4%.

En los últimos años, la digitalización se ha establecido en los estilos de vida de todos nosotros, haciendo que los procesos sean más sencillos, cómodos y rápidos. Tanto es así que en muchos casos, ha derivado en comportamientos sedentarios, especialmente entre los jóvenes. Y precisamente, en este punto es en el que coinciden la mayoría de encuestados por El Faro, que opina que los aparatos tecnológicos han provocado que las nuevas generaciones sean cada vez más sedentarias.

"Las maquinitas y las nuevas tecnologías no han ayudado mucho a que se muevan", aseguró Luis. Este joven no cree que los adolescentes de Melilla lleven una vida sedentaria. A pesar de ello, cree que el ritmo de vida que se lleva en la actualidad, no ayuda demasiado a tener una vida saludable y activa.

Para él, las nuevas tecnologías ocupan el tiempo libre de los jóvenes, que antes sí que empleaban en realizar actividades deportivas o sociales. "Puede ser que un 50% sea sedentario y otro 50% no", matizó.

Y es que las aplicaciones facilitan la vida, no solo de los jóvenes, sino de la sociedad en general. Ya no hace falta desplazarse hasta un restaurante para comprar comida, ni siquiera llamar por teléfono al establecimiento. Con un solo click, apps móviles como Glovo, Uber Eats o Jus Eat permiten tener en casa en poco tiempo la comida que apetezca en ese momento. En el caso de Luis, él asegura que es de los que se pone la ropa y baja al restaurante a por la comida. "No me gusta estar sentado todo el día", aclaró.

A pesar de que no es el caso de este melillense, según la OMS, en estos últimos quince años, poco ha cambiado la situación en cuanto a la concienciación para mantener una vida activa entre los jóvenes quienes prefieren pasar sentados durante horas enfrente de una pantalla. Algunos de los factores que apunta este informe que ponen barreras a la vida activa son los nuevos patrones de consumo asociados a los canales digitales, así como la inmediatez y el aumento de los servicios de entrega, la accesibilidad a nuevos servicios a través de un smartphone y el uso de las redes sociales.

Diferencias generacionales

En el otro lado, están los melillenses, que creen que los adolescentes son "un poquito, bastante" sedentarios. Es el caso de Juan Antonio. Aunque él ya no es tan joven, sí que tiene hijos adolescentes y conoce bien su comportamiento. "Están todo el día con los móviles o las tablets y deporte poquito, se mueven poco", destacó.

A pesar de que reconoce que sus hijos sí que son deportitas, explicó que nada más terminar la actividad física, vuelven al sofá. A Juan Antonio le sorprende cómo ha cambiado la vida desde que él era un adolescente. Este melillense contó que cuando era joven solía estar todo el día en la calle haciendo deporte o con los amigos.

Otra encuestada por El Faro que también insiste en esta diferencia entre generaciones es Noemí. Ella es profesora de la Universidad de Cádiz y no sabría calcular cuántas horas puede estar sentada, aunque recalca, que trabajando. Ella comparte la opinión de que los jóvenes pasan demasiadas horas sentados en el sofá jugando a videojuegos o con el móvil. Para ella se está convirtiéndo ya en una adicción.

"Se levantan bastante poco", remarcó Noemí.  "Entre la PlayStation, los programas o las series que ven y los videos que se pasan por redes, yo creo que se mueven menos de lo que nos movíamos nosotros", añadió esta profesora de universidad.

Noemí tiene 56 años y explicó que cuando ella era una adolescente, tenía que salir a la calle si quería encontrarse con sus amigos o compañeros de estudios, pero que ahora se tiene todo en casa, a través del móvil. "Hay un tanto por ciento de jóvenes, muy elevado, adictos al móvil", dijo Noemí, para añadir que estar pendiente al móvil no permite que los jóvenes se muevan.

En España, según la última encuesta Nacional de Salud ENSE, los jóvenes de entre 15 a 24 años pasan más de 6,4 horas sentados durante su tiempo libre, muchos de ellos enfrente de una pantalla. Esta conclusión coincide con la alerta mundial que lanza la OMS frente al sedentarismo en España y es que, el 78% de los adolescentes son sedentarios en nuestro país.

"En mi tiempo libre puedo estar sentado por lo menos dos horas, más de lo que quisiera", confesó a El Faro Pepe, un melillense que al contrario que los demás, cree que los jóvenes no son sedentarios. Un buen ejemplo es su hija. Pepe explicó a este diario que su hija de 10 años casi no tiene tiempo libre para malgastarlo. Ella suele hacer los deberes, ir al colegio y cuando puede, pasa su tiempo jugando. "Por ahora no pasa más de dos horas sentada, pero no sé si lo hará", recalcó.

Además, la hija de Pepe hace un entrenamiento tres veces a la semana, por lo que se mueve bastante. Aún así, destacó que los jóvenes en general se mueven menos que antes, ya que tienen todo disponivle en el móvil. "Te ocupa mucho más tiempo", añadió.

Este melillense no quiere culpar a las nuevas generaciones de hacer uso de las nuevas tecnologías, más del tiempo debido. Si él cuando era joven hubiera podido acceder a todo el contenido que hay disponible en la actualidad, afirmó que su generación también habría estado pegada al móvil. "Cuando yo era joven también pasaba horas con el Commodore o el Spectrum", explicó.

El impacto de la pandemia

La pandemia también ha reforzado estos comportamientos sedentarios, obligando a los jóvenes a quedarse en casa sin acudir a las diversas actividades extraescolares que normalmente podían practicar, explican la encuesta Nacional de Salud ENSE. Los encuestados por El Faro, aunque no quieren culpar a la pandemia, sí que han coincidido en que ha agravado la situación.

Lo que queda patente es que se hace necesario un cambio. Las instituciones públicas se esfuerzan por inculcar este hábito con campañas que animen a los jóvenes a mantener un estilo de vida saludable y activo desde edades tempranas, aunque parece que no surte demasiado efecto, según las declaraciones de los encuestados por este diario. Es por ello que hacen falta incentivos que haga que los jóvenes lleven una vida sana. Una buena alternativa son las aplicaciones que hay disponibles en internet, que obligan a los usuarios a realizar determinadas actividades físicas a cambio de recompensas. Un ejemplo de ellas es WeWard.

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