Apenas doscientas personas se echaron ayer a las calles melillenses para protestar contra una reforma laboral que, de momento, es sólo un decreto ley pero que tiene todos los visos, a tenor de la mayoría del PP amén de los apoyos de algunos Grupos políticos, de convertirse en realidad tras ser aprobada en el Parlamento.
En el resto de España el seguimiento parece que ha sido masivo, aunque eso sí, siempre según las cifras aportadas por los sindicatos, pues los números ‘oficiales’ son, comparados con éstos, paupérrimos.
Con estos datos sobre la mesa, al menos en el caso de Melilla, se puede decir que no estamos en desacuerdo con la reforma laboral. Sin embargo, esta suposición puede que diste mucho de la realidad, porque ya se sabe del ‘pasotismo’ de esta ciudad ante determinadas citas.
Lo que sí parece claro y es el único punto coincidente entre Gobierno y sindicatos, al menos según la opinión de éstos, que esta reforma laboral no va a suponer creación de empleo.
Mientras, en Sevilla, el Partido Popular ponía el punto y final a un “triunfante” Congreso Nacional, donde todo han sido parabienes, alegrías y alabanzas, con un reforzado presidente del Gobierno y también de la formación política, que ahora tiene puestas las miras en las próximas elecciones autonómicas, las de Asturias y especialmente de Andalucía, donde los socialistas llevan gobernando desde hace 30 años.
Melilla mira también con atención esta cita electoral, pues de ganar el PP, Arenas tiene compromisos contraídos con nuestra ciudad.