“¡Viva la Virgen del Carmen!”. Esta fue la frase, convertida en grito, que más se escuchó ayer por la tarde y por la noche en Melilla. La conocida como madre de los pescadores salió ayer a la calle, y por la cantidad de gente que la siguió durante su largo recorrido, podría decirse que pocos se quedaron en casa. Asimismo, muchos fueron los que se asomaron a su balcón para ver pasar a la Virgen del Carmen que, un año más, volvió a demostrar que levanta pasiones en la ciudad. Sobre las 17:00 horas, cientos de personas se congregaron en la Asociación de Vecinos el Hipódromo, desde donde la Virgen efectuó su salida. Allí, numerosos asistentes y devotos de la patrona del mar quisiseron que sus recién nacidos fueran bendecidos por la imagen de la madre de los pescadores. Sin embargo, los actos en homenaje a esta Virgen fueron mucho más allá de la numerosa procesión, puesto que, a las 12:00 horas, tuvo lugar una eucaristía a la que acudieron numerosos miembros de la Comandancia Naval, así como el comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu. Procesión Sin embargo, lo que realmente levantó pasiones fue el recorrido que la Virgen del Carmen realizó por la ciudad. En primer lugar, esta imagen recorrió, aupada por los fieles portadores, recorrió el camino entre la asociación de vecinos y la parroquia de San Agustín. A su llegada, cientos de melillenses esperaban en la plaza para gritar “vivas” a la madre de los pescadores, que entró en el templo entre los aplausos de los presentes. Tras la eucaristía, la Virgen volvió a bajar las escaleras de la parroquia, aupada por los portadores y arropada por los gritos de “¡Viva la Virgen del Carmen!” y “¡Viva la madre de los pescadores!”. Siempre precedida por miembros de la Comandancia Naval, la Virgen empezó a bajar hasta la playa de la Hípica. Antes, Carmen Leal, la viuda de Francisco Gil, un vecino melillense que se lanzó al mar para salvar la vida de un joven, falleciendo en el acto, recibió el tradicional ramo de flores en homenaje a su gesta. Además, antes de llegar a la playa, la Virgen saludó a otra imagen situada en el Club de Pesca Islas Chafarinas. La llegada a la playa congregó a los miles de melillenses en el Paseo Marítimo a la altura de la playa de la Hípica. Allí, la Virgen hizo su tradicional entrada al mar, en el que todos los portadores se sumergieron para acompañar a su madre hasta la embarcación en la que se subió para hacer un recorrido por toda la bahía. A su salida, los portadores entraron al mar para recibir a la Virgen del Carmen, y sacaron a la imagen en el que fue uno de los momentos más emotivos de la tarde y de la procesión. La madre de los pescadores emprendió así el camino por la calle Marqués de los Vélez para recibir el tradicional homenaje floral de Juan Garcés, conocido como ‘Chiqui el del bar Aragón’. Tras esto, las mujeres devotas de la Virgen del Carmen tomaron el relevo del trono hasta la urbanización de Corea.
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