El 13 de marzo de 2020 los pasos fronterizos que separan Melilla y Ceuta de Marruecos se cerraban al tránsito de personas y vehículos por la pandemia de la covid-19. Más de dos años después, todavía no hay una fecha oficial para su reapertura, que puede estar más cerca después de que España y Marruecos hayan abierto una nueva etapa en sus relaciones.
A pesar de los rumores en ambas ciudades sobre una inminente reapertura, el Boletín Oficial del Estado ha publicado este martes una disposición que prorroga hasta el 30 de abril el cierre de las fronteras, aunque matiza que la orden se produce "sin perjuicio de su eventual modificación para responder a un cambio de circunstancias o a nuevas recomendaciones en el ámbito de la Unión Europea".
Los ministros de Asuntos Exteriores de España y Marruecos, José Manuel Albares y Naser Burita, acordarán este 1 de abril la normalización de las fronteras terrestres, marítimas y aéreas, y diseñarán la próxima Operación Paso del Estrecho, según anunció el pasado día 23 el ministro José Manuel Albares en el Congreso.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se refirió a la reapertura de fronteras durante su comparecencia, este miércoles, ante el pleno de la Cámara baja donde explicará varias cuestiones, entre ellas el giro del Ejecutivo sobre el Sáhara Occidental.
Por esas fronteras pasaban diariamente unas 2.500 personas en Ceuta y casi 2.000 en Melilla, la mayoría trabajadores transfronterizos empleados en las dos ciudades autónomas españolas o las llamadas porteadoras, mujeres que compran mercancía y con grandes bultos cargados a sus espaldas las llevan a Marruecos.
Los pasos fronterizos están inmersos en un proceso de modernización y mejora para, entre otras cosas, evitar las avalanchas que en el caso de Ceuta ocasionaron en los últimos años la muerte de siete porteadoras marroquíes.
La última víctima mortal fue Fátima Bushra, de 48 años, quien el 17 de septiembre de 2019 cayó por las escolleras cuando hacía cola para entrar en Ceuta.
El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, ha insistido en que la reapertura de la frontera se tiene que hacer de una manera "ordenada y moderna" y ha advertido de que se debe "aprender del pasado", en alusión a las avalanchas o a las continuas aglomeraciones de personas y vehículos.
La Delegación del Gobierno en Ceuta ha explicado a EFE que se están desarrollando los trabajos para convertir el paso del Tarajal en una "frontera inteligente" y este mes de marzo ha comenzado la tercera y última fase de las obras para instalar los medios tecnológicos necesarios para el reconocimiento facial en las entradas y las salidas, así como una mejora de las instalaciones de Sanidad Exterior.
La primera fase permitió la retirada de elementos muy antiguos como las rejas y las puertas con la colocación de nuevas infraestructuras, entre ellas mejoras en las instalaciones de la Guardia Civil y habilitar la Oficina de Asilo para atender en el mismo paso fronterizo las solicitudes de protección internacional.
La excepcionalidad del Tratado de Schengen es una de las cuestiones aún pendientes en la reapertura, después de que Ceuta y Melilla hayan solicitado que se revise esta excepcionalidad que permite a los marroquíes que residen en Nador y Tetuán acceder a Melilla y Ceuta sin necesidad de visado.
Las principales cadenas hoteleras de la ciudad, sobre todo el Parador Nacional de Turismo La Muralla y del hotel Puerta de África, están esperando la reapertura, teniendo en cuenta la importancia que el turismo marroquí tiene para este sector.
"Los fines de semana más del 40 por ciento de las habitaciones se cubrían con turistas marroquíes que llegaban el viernes y se iban el domingo", ha dicho a EFE uno de los recepcionistas del hotel.
La otra cara de la reapertura puede ser el incremento de la presión hospitalaria, y la Junta de Personal del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) ya ha advertido de que se podrían colapsar las urgencias por el acceso diario a la ciudad de miles de marroquíes.
Las primeras personas que utilizarán la frontera serán los trabajadores transfronterizos -unos 500- que llevan más de dos años "atrapados" en la ciudad sin poder volver a sus lugares de residencia en Marruecos y que han venido reivindicando un permiso especial mientras estuvieran cerradas las fronteras.
En Melilla, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) asegura que ninguno de los cuatro pasos fronterizos que conectaban la ciudad con Marruecos antes de su cierre el 13 de marzo de 2020 está “en condiciones” para ser reabiertos “de aquí a un mes”.
En cuanto a la frontera de Beni-Enzar, la más importante, el secretario general del SUP en Melilla, Jesús Ruiz Barranco, ha declarado a EFE que “está para arreglarla primero, y después abrirla”, ya que en estos algo más de dos años transcurridos desde el cierre no se ha hecho nada, ni siquiera mantenerla.
Ello ha provocado la acumulación de suciedad y de escombros de algunas instalaciones que han sido derribadas para hacer nuevas construcciones, hay tornos “echados a perder” que han sido desinstalados, al igual que el techado del acceso peatonal, y varias puertas están oxidadas y no se pueden mover.
Por ello, advierte de que los operarios “tendrían que correr mucho” si la previsión es que la frontera se reabra en mayo, una vez superada la prórroga del estado de emergencia sanitaria que ha decretado Marruecos hasta el 30 de abril, y la propia orden del Ministerio del Interior de España publicada en el BOE este martes.
También la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) calificó este martes como una "gran imprudencia" la posibilidad de una "pronta" apertura de los pasos fronterizos de Melilla y Ceuta, debido a los "medios insuficientes" de los agentes para su control.
La AUGC indicó que en Melilla "no se ha realizado ningún tipo de reforma de los puestos fronterizos, tampoco se han producido trabajos de mejora en aquellos puestos donde es necesario y entre las medidas anunciadas se encontraban nuevos medios técnicos de detección de vehículos para evitar el transporte ilícito de personas, se habló de una frontera inteligente e incluso de un edificio nuevo para albergar la Oficina de Asilo. A día de hoy, todo son palabras".
Por su parte, la Delegación del Gobierno en Melilla ha informado a Efe de que el Ministerio del Interior empezó en enero la segunda y última fase de modernización de la frontera entre España y Marruecos en Melilla, actuación que afecta de lleno al paso fronterizo de Beni-Enzar.
Esta frontera y sus inmediaciones se encuentran en los 4 kilómetros de perímetro en los que falta por instalar los peines invertidos, y entre las actuaciones también se incluye la instalación del cableado de fibra óptica y los primeros pasos de la frontera inteligente, un sistema que ya estuvo en pruebas antes de la pandemia.
Desde la Delegación del Gobierno creen que estos trabajos de modernización de la frontera no tienen por qué ser incompatibles con la reapertura del paso de Beni-Enzar.
La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…
En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…
De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…
Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…
Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…