Ayer, se celebró en la plaza de la Culturas el plato fuerte de la celebración del Año Nuevo amazigh. Decenas melillenses se acercaron para disfrutar de los platos típicos bereberes y de música traída desde Nador. Durante estos días, se han celebrado en Melilla diversas actividades culturales y festivas con motivo del Yennayer, que han acercado esta tradición a todos los ciudadanos. Melilla es una ciudad de unión de culturas, como demuestran estos eventos, en los que gente de todas las religiones pueden unirse para disfrutar de las tradiciones de otros. Con Fitur a la vuelta de la esquina y la eterna discusión sobre el futuro de la ciudad, son en este tipo de acontecimientos en los que debemos fijarnos y potenciar. Melilla es poseedora de una diversidad cultural única y un emplazamiento privilegiado que une dos continentes. Europa y África en 12 kilómetros cuadrados. Este debe ser uno de los reclamo para atraer turistas a la ciudad y aprovechar las bondades de nuestro clima y nuestra gastronomía para crear un producto turístico único. Además, nuestra ciudad se debe convertir en la puerta a Marruecos. Visitar Melilla como preámbulo y despedida de un viaje por el país vecino puede convertirse en un reclamo potente para la llegada de visitantes. La materia prima existe, Melilla tiene potencial para ser un destino turístico preferente, ahora hace falta tener claros los objetivos y poner los medios para su consecución.